No porque hayan pasado ocho días de las elecciones va a dejar el país de observar lo que pasó, según la apreciación de dirigentes políticos, analistas y también de un estudioso de la imagen, el liderazgo y el poder, como el Dr. Roberto De Vries.
La oposición debe hacer una profunda revisión de cada parroquia y, por supuesto, del comportamiento del electorado, así como de sus estrategias para las elecciones municipales del próximo año.
Se ha dado una nueva realidad que llama poderosamente la atención, porque si bien el chavismo logró colocar a sus aspirantes en 20 gobernaciones, no pudo con los liderazgos de Henrique Capriles Radonski y Henri Falcón, en Miranda y Lara.
Observadores de la oposición consideran que al chavismo le habría gustado cambiar las dos gobernaciones mencionadas por las 20 que obtuvieron porque para el propio Presidente de la República, Hugo Chávez, eran dos bastiones que debía eliminar.
El hecho de que el jefe del gobierno colocara a Elías Jaua, su vicepresidente, como aspirante a la gobernación mirandina, indicaba que quería de plano reducir a la nada -palabra con la cual se refirió siempre a Capriles Radonski- a quien le había adversado la Presidencia de la República y obtenido más de 6 millones y medio de votos el pasado 7 de octubre.
No acabar con Capriles ha sido un duro golpe para las pretensiones de Chávez de enfrentarlo a Nicolás Maduro, en una eventual elección que pudiera darse si es declarado incapacitado para ejercer un nuevo período.
Por otro lado, Chávez amenazó en Barquisimeto con convertir en polvo cósmico a Falcón por habérsele éste enfrentado públicamente en una carta de renuncia al Partido Socialista Unido de Venezuela. Y colocó al hombre que ha sido considerado su mano derecha en ministerio y hasta en la creación de la gobernación paralela denominada Corpolara. Duro golpe también.
Fotos: Luis Salazar