Cuando llega la Navidad, las madres y padres de familia comienzan a establecer su lista de prioridades. Cancelar deudas, comprar artículos necesarios y reacondicionar la casa, son algunas de las tareas que se ejecutan en los hogares venezolanos.
Refrescar la pintura de las áreas esenciales de la casa tiende a ser una tradición.
Sin embargo, en esta temporada se volvió cuesta arriba para los clientes adquirir los tonos que necesitan.
De acuerdo con información suministrada por los dueños de ferreterías, la demanda superó ampliamente sus expectativas.
Desafortunadamente, la oferta de pinturas se contrajo debido al poco despacho de las empresas fabricantes.
La información fue confirmada por José López López, propietario de Ferre Pintura Italiana, uno de los establecimientos más antiguos del centro, inaugurado en 1963.
“Hay mucho comprador, pero muy poca pintura. Los fabricantes no tienen acceso a materia prima y por eso no contamos con suficiente producción”.
López explicó que antes de que iniciara la temporada realizaron todos los pedidos, pero no fueron entregados a las ferreterías.
“Lamentablemente, muchos compradores se van sin obtener la pintura que desean. La situación ha afectado a todas las marcas que surten el mercado”.
Existen dos motivos por los cuales las empresas fabricantes no acceden a materia prima. En primera instancia, el difícil acceso a los dólares que otorga la Comisión de Administración de Divisas (Cadi vi), perjudica la negociación en el extranjero.
“Las pinturas que se producen en el país requieren materia prima que se compra en Medellín, Colombia. Esa operación implica cancelación en dólares”.
Otro elemento perturbador de la actividad comercial es el retraso en los puertos nacionales.
“Cuando por fin adquieren los dólares, deben esperar mucho para nacionalizar la mercancía. Hay que pagarle a todo el mundo”, dijo.
La pintura de esmalte es la más escasa.
“No se consigue en ninguna parte, mucho menos la pintura blanca”.
El interés de los ferreteros es aprovechar la alta demanda para ofrecer productos de buena calidad y mejorar sus ganancias.
Sin embargo, la contingencia impide que esa aspiración llegue a concretarse.
“Los precios se han mantenido, pero ante la escasez de pintura no hemos podido complacer a los clientes como quisiéramos. Más de una vez hemos tenido que llamar a los fabricantes para que hagan un esfuerzo en mandarnos más pintura”.
Hasta el día de ayer, las ferreterías de la ciudad lucían llenas de clientes, quienes, a pesar de las limitaciones, están dispuestos a ubicar de negocio en negocio la pintura que necesitan.
Fotos: Dedwison Álvarez