Con voz propia
En la campaña electoral del pasado 7 de octubre, advertíamos a opositores postulados para gobernaciones que de ganar Henrique Capriles Radonsky, resultarían afectados por la abstención, pues el objetivo era conquistar la Presidencia. Y agregamos que de perder, esa abstención sería mayor.
Podríamos decir lo mismo con los comicios de escogencia de alcaldes y concejales inicialmente programados para el 14 de abril del próximo año, si es que el régimen los permite.
Un duro golpe recibió la unidad de las organizaciones de oposición, que parecía consolidada en los estados Zulia, Miranda, Carabobo, Táchira, Nueva Esparta, Lara, Monagas y Amazonas. Se agregaban el unificado Bolívar; Anzoátegui y Mérida, ganados estos dos últimos en las parlamentarias que en general fueron triunfo de Oposición, pero la trampa oficialista se asignó mayoría de curules. Recuérdese que Oposición obtuvo 5.877.646 votos (51,88%) y le asignaron 67 diputados, pero el oficialismo con 5.451.422 (48,12%) se adjudicó 98 parlamentarios.
La cadena de vicios que la Mesa de Unidad Democrática (MUD), se opuso en clasificar como fraude, se impuso en comicios presidenciales. Al candidato unitario le reconocieron victoria en Mérida y Táchira y empate técnico en Miranda.
Treinta y tres días después de esas elecciones presidenciales MUD denunció 450 irregularidades, y precisó al Plan República que unas 330 de esas irregularidades fueron de variable gravedad.
El abusivo ventajismo del régimen se manifestó de nuevo y con notable descaro en elecciones regionales, que superaron en vicios a los anteriores procesos.
Contundentes fueron las protestas del rector independiente del Consejo Electoral contra esas anomalías que no pasaron de observaciones de la oposición. Con el pretexto de que no le afectaban se llegó hasta tolerancia de algunas.
Más que reflexiva, la MUD debe ser autocrítica. Mientras admitió cambios de primarias en Miranda, se empeñó en mantenerlos en Monagas, donde también hubo modificación de condiciones. Así insistió en la candidatura de Soraya Hernández y negó apoyo a reelección del gobernador José Gregorio Briceño, disidente del chavismo.
La “locura de Monagas” tal calificó ella el caso, se evidenció en los resultados. Obtuvo 7.416 votos y el Gato Briceño 1127.050. La unión de estos dos factores hubiera abortado las esperanzas de la candidata paracaidista Yelitze Santaella, extraña a esta entidad que fue impuesta por el comandante presidente.
Al arrebato de las gobernaciones que eficientemente manejaba la oposición, se suma la mayoría obtenida por el oficialismo en los consejos legislativos, con la excepción de Amazonas.
De allí que se plantee a la brevedad el serio análisis de esta derrota, sobre todo cuando el mismo comandante presidente ha previsto la celebración de nuevas elecciones presidenciales. La derrota en los comicios regionales es un llamado a reflexión.
NOTA AL MARGEN: Mas que hacer compañía a su comandante presidente, el teniente Diosdado Cabello fue a Cuba para simpatizar a los Castro. Apremió su viaje ante la designación de Nicolás Maduro como vicepresidente.
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