Pese a la sensación de crisis económica percibida en Venezuela durante este año y a la permanente agitación política que genera inestabilidad en los mercados nacionales, en el caso de Barquisimeto los compradores abarrotan las calles de la ciudad y no dejan de adquirir artículos en tiendas.
A principios de diciembre lucían desolados los espacios destinados a la venta de ropa, juguetes, calzados y bisutería, lo cual mantenía desilusionados a los comerciantes, quienes pensaban terminarían el año sin aumentar sus ganancias en retribución de sus esfuerzos por sostenerse sobre la enorme carga que les representa pagar una cantidad de servicios, en su condición de personas jurídicas constituidas legalmente, incluyendo los sueldos de los empleados y demás beneficios laborales, sin contar los gastos de sus hogares y particulares.
Todo este escenario cambió a partir de la segunda quincena del mes, y ahora el boulevar de la 20, por citar una de las calles comerciales del municipio Iribarren, por el que hace pocos días se podía caminar con total tranquilidad, se convirtió en un difícil y escabroso lugar para desplazarse a pie.
Desde las 9:00 de la mañana las veinticuatro cuadras que a lo largo componen esta arteria peatonal se llena de personas de todas las edades, muchas de ellas agrupadas en familias, padres e hijos, principalmente, en busca del tradicional estreno del 24 y del 31.
“Esta calle se nos hizo pequeña, ya no cabe un comprador más”, dijo complacida Mariela Meléndez, una comerciante dedicada a la venta de ropa para damas, caballeros y niños, y agregó que estos son días muy buenos porque la gente se lleva todo sin regatear el precio, “aunque afortunadamente vendo muy económico en comparación con otros locales, y de paso doy rebaja cuando el cliente llega a pagar en la caja la ropa que adquirió en mi tienda”.
Y es que de un lado a otro se observa caminar a los ávidos compradores, diferenciando los precios que se ajusten a su presupuesto y a sus necesidades.
Las personas no ingresan a los comercios hasta estar seguros que el que seleccionaron por los bajos precios sí les alcanza el dinero para vestirse o calzarse.
El Niño Jesús también incrementa las ventas en el boulevar de la 20.
Las jugueterías exhiben desde el muñequito más insignificante de goma hasta el sofisticado robot, avión o carro que funciona con batería o control remoto, y las personas hacen cola para hacer feliz a los niños.
Los vendedores de fritanga, cd, jugos, chicha, comida rápida y fuegos artificiales también aprovechan la zafra para aumentar sus ganancias.
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