“No es posible que Bobare, estando a tan pocos kilómetros de Barquisimeto, esté viendo terminar otro año en las peores condiciones en cuanto a sus servicios públicos”.
La queja corresponde al luchador social Luis Alfredo Gil, para quien la situación de la capital de la parroquia Águedo Felipe Alvarado se agrava conforme transcurren los años, lo que atribuye a desidia o indiferencia por parte de quienes tienen responsabilidad en el funcionamiento de los mismos.
“El problema del agua sigue igual, o peor, porque ahora no llega una gota por las tuberías y los camiones cisternas son insuficientes para atender a la población”, agregó.
Varias veces las comunidades han cerrado la carretera hacia Barquisimeto protestando por esa causa y lo único que han recibido son promesas que en pocos días son echadas al olvido, pues el agua sigue sin llegar a sus hogares, obligándoles a ingeniárselas para recibir algo.
Para Gil, ha faltado interés o autoridad por parte de quienes dirigen Hidrolara ya que las tomas, autorizadas o ilegales, siguen proliferando y de esa forma el agua no llega a Bobare.
Pero, además del problema de la falta de agua, la población también observa con preocupación el estado de abandono en que se encuentran los pocos parques existentes al punto de no poder seguir siendo sitios de reunión para los parroquianos.
En primer lugar, está el que lleva el nombre de Águedo Felipe Alvarado, abandonado por completo desde hace varios años.
Ese era un lugar al que los padres acostumbraban llevar a sus hijos en las tardes para que se entretuvieran en los juegos mecánicos, pero estos prácticamente desaparecieron, al menos columnos, toboganes y sube y baja.
Las bancas están destrozadas, la maleza cubre las áreas verdes y el alumbrado no existe, pues las lámparas dejaron de funcionar hace tiempo.
Lo mismo ocurre con el parque Los Estudiantes, en el barrio La Democracia, sin ningún mantenimiento, salvo que en oportunidades los vecinos le cortan la maleza para que las culebras y roedores no hagan allí sus guaridas amenazando a quienes aún se atreven a pernoctar en él.
El parquecito al Indio Gayón no ha corrido con mayor suerte y sino está en peores condiciones es gracias a los vecinos que de vez en cuando le limpian cansados de esperar que lo hagan desde la junta parroquial o la alcaldía de Iribarren.
Pero si en Bobare no se observa nada positivo con respecto a sus parques y plazas, en la vialidad es peor pues en algunos sectores ya no se puede pasar a causa de la gran cantidad de huecos o zanjas.
El mejor ejemplo está en el barrio La Cruz, donde sus vecinos han tenido que resignarse a transitar por verdaderas quebradas en lo que han quedado convertidas algunas calles.
Lo peor está cuando cae un aguacerito, por muy leve que sea, como el del miércoles, pues los charcos o lagunas se multiplican, algunas de orilla a orilla.
Tampoco desde la alcaldía de Iribarren han hecho nada por la vialidad en Bobare, no sólo en La Cruz, sino también en otros sectores, como La Democracia o La Colina, que esperan una capa asfáltica desde hace años y apenas si les han construido parcialmente unas aceras para engañarles.
Fotos: Dedwison Álvarez