Reflexiones en positivo
A pesar de los tropiezos de fin de año por absorber problemas que no son de propia incumbencia, la alegría contagiosa que trae el mes de diciembre está por encima del rayo luz de incertidumbres y tropiezos que se haya podido pasar en los once meses pasados.
Es un mes en que hasta los que se alimentan del rencor y la desidia sacan amor sin hacer mucho esfuerzo. Gracias a este bendito mes de diciembre y las benditas navidades que nos hacen recordar todas las vivencias que hemos tenido, nos despierta la ternura, el amor y el deseo de estar al lado de las personas que amamos, compartiendo con toda la fuerza del puro amor, que por obra de Dios llega en gran dosis, acompañado del Niño Jesús, quien nos trae felicidad, amor y paz como un regalo de fin de año, que nos sirve de estímulo para esperar el 2013 con fe, optimismo y una mente positiva, abierta sólo a las cosas buenas que podamos hacer y esperar que nos sucedan y sean atraídas por nuestro comportamiento y espíritu de buena fe, orando para que cesen los problemas y nos valla bien a todos y podamos vivir en paz y plena armonía,
Niño Jesús, estoy seguro de que en este mes es cuando tiene más trabajo, pero aun así me permito en nombre de todas las personas que queremos vivir en paz, hacerte unas peticiones, que no tengo la menor duda que serán concedidas por haberse realizado con mucha fe y en nombre de Dios.
Usted sabe, Niño Jesús, que somos personas buenas de fe y de trabajo, que deseamos la absoluta convivencia, no como los que los que prefieren el permanente conflicto y la confrontación como modo de vida y sin importarles el daño que puedan causar al país en el que estamos acostumbrados a vivir y convivir. Devuélvenos Nino Jesús, nuestra ciudad que la podamos pasear, visitar a nuestras familias y amigos como antes, sin poner nuestras vidas en peligro, ábrenos el camino de la paz, donde todos nos miremos con aprecio y respeto y no con desconfianza. Ese no era nuestro país.
Niño Jesús, hasta cuándo vas a permitir que la vida de nuestros hermanos dependa de la delincuencia, ábrele la mente y dale capacidad y valor a las personas que están obligados a cuidar nuestras vida y que cobran sus servicios con el sudor de los aportes que hacemos, producto de nuestro trabajo, y lo hacemos con muy buena voluntad, esperando se nos retribuya, brindándonos seguridad.
Esto es un derecho adquirido y no un favor que estamos pidiendo, por favor Niño Jesús, no nos deje caer en eso de que el dolor y la adversidad contribuyen en gran medida al crecimiento personal, no, Niño Jesús, no tenemos que vivir en confrontaciones, ni mucho menos sufriendo si todos podemos vivir en paz, siempre ocupados en nuestros trabajos, con la mente puesta en servir, construir y no destruir, poner en práctica el mensaje que nos dejo Friedrich Nietzsche: “Donde no puedas amar pasa de largo”.
Niño Jesús, termina con este odio que nos está carcomiendo el alma, nuestro sentimiento y nuestro deseo de vivir en paz, convence a los que fomentan el odio y violan la idiosincrasia que la vida es divina y corta, que hay que vivirla a plenitud cubierta de armonía, sin dejar espacios para albergar odios y rencores, convencidos de lo dicho por Aristóteles, quien dejo este mensaje: “Solamente haciendo el bien se puede ser feliz”. No dudo que esa debe ser nuestra tarea, desearnos bien todos, rogar por la salud de todos, pedir perdón y la bendición de Dios, hasta por los que nos han hecho daño.
Niño Jesús, tú que siempre estás al lado de Dios, alúmbranos el camino donde podamos transitar todos con una sonrisa sana, que inspire confianza, deseo de vivir, acaba con la preocupaciones, la apatía, el desánimo, la tristeza y el pensar que nos puede pasar algo hoy a algún familiar u amigo por esta gran inseguridad que nos tiene bajo un régimen como si fuésemos prisionero sin haber cometido delito alguno. Protégenos de los soberbios, por aquellos que en el corazón de los soberbios no cabe ni una migaja de misericordia, por estar ocupados por el mal, en vez de ocuparla en sembrar los valores positivo para cosechar la paz social y la convivencia.
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