Durante un recorrido por el sector Barici en la parroquia Santa Rosa, no fue posible evitar notar un parque, perteneciente a las áreas públicas de la urbanización, que mostraba un alto nivel de deterioro en varios de sus elementos, así como la ausencia de un buen sistema de iluminación.
En la calle 6 entre calles C y D del mencionado sector en el este de la capital larense, se encuentra la plaza en medio de viviendas muy bien mantenidas, pero que desde hace tiempo no tiene suficientes postes de iluminación, y los pocos que hay están muy deteriorados, al punto de ser completamente inservibles. De hecho, en varios de los faroles no hay luminarias, sino nidos de pájaros.
El mismo abandodo se aprecia en la parte del parque destinada a los niños, donde la única atracción para ellos requiere un trabajo de pintura, pues en algunas partes presenta óxido.
A pesar de la tranquilidad que reina en el lugar en horas de la mañana, cuando muchos de los residentes locales no están en casa, fue posible entablar una breve conversación con José Ávila, quien habita justo en frente de la plaza.
En cuanto al mal estado del sistema de iluminación en la plaza, comentó que en la urbanización, a diferencia de otras partes de Barquisimeto, no se cuenta con ninguna organización mediante la cual los vecinos puedan abordar este tipo de problemas con el apoyo de los entes municipales escargados de infraestructura.
“Aquí no hay consejos comunales”, aseguró Ávila, quien aprovechó para dar a conocer que también se daba el caso de muchos jóvenes de otros barrios que venían a la plaza a beber, admitiendo que el número de portones eléctricos que se han instalado en el sector, se debe a la inseguridad y a que anteriormente el lugar era frecuentado por personas ajenas a la comunidad que venían en sus vehículos a perturbar la tranquilidad.
“Esta última situación afortunadamente ya ha sido controlada”, dijo, señalando uno de los portones eléctricos que desde algún tiempo cierra el paso del tránsito por una de las calles laterales al parque.
Ávila recomendó echar un vistazo a la plaza adyacente a los terrenos de la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Fátima, donde, aseguró, la situación de abandono es incluso peor, pues allí las áreas verdes no están podadas y a pesar de haber un tanque de agua en el parque, también lucían secas.
En el caso de los árboles en el área, el crecimiento descontrolado de sus ramas ha terminado por dañar varios faroles de los pocos postes de iluminación aún en pie. En el lugar también hay un baño que permanece cerrado por estar fuera de servicio, y un bote de agua que genera un gran desperdicio del preciado líquido.
Además, varios de los bancos de cemento se están desmoronando, exponiendo completamente el entramado de cabilla, lo cual los inutiliza para servir de asiento a los transeúntes.
Fotos: Jairo Nieto
