El nacimiento del Redentor es un acontecimiento que recuerda la Iglesia Universal, año tras año, cada vez que celebra la liturgia propia del Adviento y Navidad, pero además con los pesebres instalados en cada templo. Es un pedazo de divinidad, adecuado a los espacios de las parroquias, vicarías y hogares de los fieles.
Las señales que Dios dio a la humanidad respecto al Salvador partieron de la sencillez. Nacido en una pesebrera, sin los lujos que merecía por ser Rey, llegó Jesús al mundo para llevar a cabo el plan de Salvación que le costó incluso la vida para la expiación de los pecados.
Con el pesebre, hay oportunidad para contemplar y meditar justamente la llegada del Mesías. La elaboración de los paisajes y ubicación de las figuras de José, María y el Niño Dios, debe avivar la fe, contando con la participación de los miembros de la comunidad religiosa o familia, en pro de resaltar a la segunda persona de la Santísima Trinidad: el Hijo.
Reunidos en torno a Jesús
En la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de la urbanización Barici, el pesebre aunque es pequeño refleja la humildad en la cual nació el hijo de Dios, encarnado en el vientre de la Virgen María, la misma mujer que lo acompañó a lo largo de su evangelización y sigue siendo ejemplo de misionera.
Mientras tanto, en la Catedral de Barquisimeto, el padre Ángel Castillo, párroco, destacó el hecho de que los cristianos necesitan abrir el corazón a Cristo para experimentar la fe sincera. Sólo con Jesucristo en el alma, en las acciones, sostuvo, es posible mostrar la bondad del Señor.
Exhortó a practicar las obras de misericordia y de reconciliación con el prójimo para vivir las fechas decembrinas en la paz de Dios. El rencor, envidia, desesperanza, división política, entre otros males de nuestra sociedad, no construyen a buenos cristianos, sino que hunden al ser humano, consideró el presbítero.
Adoración
En el santuario Nuestra Señora de la Paz, ubicado en la carrera 16 con calle 29, en el centro de la ciudad, podrá encontrar a Jesús Sacramentado. A propósito de la novena de aguinaldos que inició el pasado domingo 16, hay eucaristía todos los días a las 6.30 de la mañana, hasta el día 24 de diciembre.
Desde siempre, el Santuario de la Paz, como también es conocido, sirve para la adoración del Señor en la hostia consagrada. Antes de ir al trabajo, en horas de descanso o después de la jornada, los hijos de Dios encuentran momentos de oración en este templo católico donde el recogimiento espiritual es lo esencial.
A los pies del altar, en el ala izquierda de la iglesia, está el nacimiento elaborado por la congregación de religiosas que sirven en el santuario. Se trata de un sencillo pesebre donde el hermoso rostro de María deja ver la belleza de su corazón y comunica el amor con el que recibió al Niño Dios, junto a su esposo San José.
Por último, en la parroquia San José, también ubicada en el centro de Barquisimeto, el pesebre es visitado por grandes y chicos, debido al gran tamaño de los paisajes y figuras religiosas.
Contaron algunos de los feligreses que demoran entre una o dos semanas para culminarlo y, en este año, utilizaron grama natural para darle mayor realismo al nacimiento que cautiva sobre todo la mirada de los niños. El templo está abierto, al menos, 12 horas al día y en los alrededores de la iglesia están los comerciantes que ofrecen los adornos navideños a bajos costos.
La calle 25, con carrera 21, es un tramo dedicado por entero a la fiesta decembrina donde los usuarios pueden encontrar desde figuras de santos para el pesebre, decoraciones para los arbolitos, hasta dulces propios del mes de diciembre.
Lo curioso del asunto es el compartir fraterno que se nota entre familiares y amigos, visitantes de los pesebres hechos en los templos católicos donde acompañan la devoción con oraciones y cantos.
Fotos: Daniel Arrieta