El fin del mundo es un tema que atrae la atención de las personas en cualquier parte del planeta, bien sea por curiosidad o por un temor real a que se cumplan las profecías o las escrituras del Apocalipsis.
Muchos recordarán que se hablaba del fin de la humanidad en el año 1999, cuando se daría paso al nuevo siglo XXI y nada sucedió. Sin embargo, ese argumento cobró fuerza en el 2012 basado en el fin de un ciclo plasmado en el calendario Maya y que ha sido interpretado de forma errónea.
Durante las últimas semanas, expertos de todo el mundo se han dedicado a aclarar que todas las versiones sobre el fin del mundo, “son rumores y leyendas que sacan de contexto la visión de las antiguas culturas”.
Pero pese a estas aclaratorias, aún existen personas preocupadas por lo que pueda suceder. Algunos dicen que no pueden comer o dormir por su angustia y, lo que es mucho más grave, incluso hay quien ha expresado tendencias suicidas. Esta realidad ha obligado hasta a los científicos de la NASA a combatir los rumores, luego de recibir más de 5.000 preguntas de ciudadanos preocupados, que temen que se cumpla el supuesto apocalipsis maya el 21 de diciembre.
Las informaciones sobre los mayas y su cultura se han incrementado en las últimas semanas por la cercanía de la fecha, incluso se informó a finales de noviembre desde México que la enorme piedra tallada por los mayas alrededor del año 669 de nuestra era, relata en realidad la vida y las batallas de un gobernante.
“Los mayas tenían un concepto cíclico del tiempo, no se ocupaban del fin del mundo. Esa estela (piedra) narra la vida y las batallas de un gobernante”, dijo a la agencia AFP el arqueólogo mexicano José Romero sobre el significado de esta piedra que inspiró la catastrofista cinta “2012” de Roland Emmerich y la novela “El testamento maya” de Steve Alten.
Las primeras publicaciones sobre el significado de la Estela 6 fueron realizadas por un epigrafista alemán en 1978 y desde entonces ha sido estudiada, junto con otras piezas de El Tortuguero, por expertos de todo el mundo, que coinciden que la fecha es 23 y no 21 de diciembre como se afirma comercialmente.
“La última inscripción corresponde al 23 de diciembre de 2012, pero el tema central del Monumento 6 no es ni la fecha, ni profecías, ni el fin del mundo. Es la historia de Balam Ahau (o Bahlam Ajaw), que fue un ‘sagrado señor’ de El Tortuguero”, asegura Romero.
“En la cultura maya sus estudiosos nunca fueron profetas, por ello no debería haber toda una interpretación basada en profecías supuestas”, explicó por su parte el indígena guatemalteco Álvaro Pop, experto independiente de la ONU en temas de culturas aborígenes.
Fiesta de una nueva era
El calendario maya está conformado por 18 meses de 20 días cada uno, más el Wayeb, el mes sagrado de cinco días. El B’aktun es la unidad más larga de este sistema y equivale a unos 400 años. La gran era incluye 13 B’aktun, un periodo de 5.200 años.
El 21 de diciembre, según el calendario de las celebraciones, o más precisamente el 23 según los estudiosos, se cierra la “cuenta larga” que comenzó en el año 3114 antes de nuestra era y se inicia una nueva.
México, Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras, los llamados países del mundo maya, esperan millones de turistas y preparan programas que incluyen fuegos artificiales, conciertos y rituales en 39 sitios arqueológicos, para celebrar el comienzo de una nueva era mediante ceremonias que se realizarán junto a las pirámides de Chichén Itzá (México), en Copán (Honduras), Tikal (Guatemala) y en La Joya de Cerén (El Salvador).
El calendario maya está conformado por 18 meses de 20 días cada uno, más el Wayeb, el mes sagrado de cinco días. El B’aktun es la unidad más larga de este sistema y equivale a unos 400 años. La gran era incluye 13 B’aktun, un periodo de 5.200 años.
En México, el Consejo de Pueblos Mayas convocó a concentrarse más en el significado cultural del inicio de la nueva era.
“Como todas las culturas originarias del mundo, queremos mantener nuestra identidad cultural y energética, conservar nuestras formas de ver el cosmos, centros ceremoniales, nuestra maneras de hablar y de pensar, y sobre todo queremos hacer realidad la posibilidad de que, donde sea que vivamos, seamos respetados, que no haya discriminación, violencia, ni pobreza”, dijo.
Fotos: Reuters/AP