Antes de dar a luz, Disbey Ollarves Colmenárez, observó fijamente un cristo colgado en la sala de partos del Seguro Pastor Oropeza de Barquisimeto, y entre los nervios que le producían las contracciones le pidió, entre otras cosas, salud para su bebé.
Pasadas las horas, ya en quirófano aquella madrugada de agosto de 2011, visualizó entre sus pensamientos a la Divina Pastora, ofreciéndole una corona para el pequeño Salvador de la humanidad.
-Te pido de todo corazón, Divina Pastora, que todo salga bien y que mi hija nazca sana y fuerte. Te ofrezco una coronita para tu bebé, fue la plegaria antes de la intervención.
La confección del tributo
A los dos meses del parto, Disbey Ollarves Colmenárez, inquieta por el ofrecimiento, visitó el templo matriz de la Pastora de Almas, para agradecerle el favor concedido.
Luego de conversar con la Virgen, preguntó al párroco cómo era el proceso de donación: “Pero el padre me dijo que debido al mes en cuestión, ya no estaban aceptando nada”.
En enero, Disbey y su bebé recibieron a la Divina Pastora en la carrera 27, y entre cantos y súplicas, ofreció la corona a la Virgen, pese a la condición económica por la cual atravesaba.
Desde octubre a diciembre
Para cumplir el ofrecimiento a la Virgen, Disbey trabajó una hora diaria durante tres meses.
-Le dedicaba una hora diaria, para luego estudiar y seguir con mi trabajo de bisutería, comentó satisfecha de lo logrado.
La elaboración
Disbey utilizó varias pulseras desarmadas para la base, que después bordeó con hilo de plata 040, para lo cual utilizó 60 metros.
Más trade vino el proceso de bordado de cada cristal Checo y de swarovski, que entre ambos sumaron mil 800 cristales. La hermosa corona de cristales, estímulo de la Virgen y de Violeta Rojas, amiga a quien está dedicada, pesa un kilogramo 350 con una circunferencia de 51 centímetros. La diadema posee tres puntas, con unas medidas particulares: la del centro, 25 centímetros, cuyo simbolismo son los recuerdos gratos de la madre de la autora.
La punta derecha de 15 centímetros, interpreta los pensamientos de Olena Adabella, su hija, y la punta de la izquierda, con la misma medida que la anterior, encarna los pensamientos de sus hermanos.
Agregó que nunca elaboró un boceto “sólo la inspiración de la Divina Pastora, porque me la imaginaba con la corona”.
Foto: Cortesía de la autora de la ofrenda a la Divina Pastora