Por tercer mes consecutivo, en noviembre se registra una recuperación en las ventas de los alimentos, sin embargo sigue siendo negativo al ubicarse en 1,0%, similar al registrado en marzo de 2011, de acuerdo con el Informe mensual de Tendencias que elabora la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea).
El informe describe que en septiembre las ventas se ubicaron en 3,75%; en octubre en 2.58% y ahora en noviembre en 1.00%. Pero, en ningún caso, alcanza al ansiado nivel de equilibrio que desapareció en enero del 2011, cuando el tonelaje de alimentos vendidos registraba un nivel positivo del 0,12%.
El informe refleja además, lo que ya ha sido habitual en el comportamiento de las ventas, en general, durante los últimos meses de cada año: un aumento de la demanda presionado por la mayor liquidez en manos del público.
En comparación con noviembre del 2011, entre los alimentos que registraron aumentos en sus niveles de venta destacan: atún (67,98%), sardinas (46,20%), pastas (24,01%), azúcar (16,38%), aceites (15,37%), avena (6,11%) y mayonesa (0,69%). Mientras que la caída estuvo en harina de trigo (32,04%), leche pasteurizada (17,49%), arroz (12,73%), harina de maíz (5,98%), margarina (8,78%) y salsa de tomate (0,42%).
En cuanto a las ventas acumuladas de enero a noviembre del 2012, el informe destaca que comparativamente con lo que sucedió durante el mismo período el año pasado, el crecimiento por rubros se observó en los siguientes productos: azúcar (16,38%), aceites (9,50%), atún (7,76%), margarina (2,59%), pastas (1,30%) y sardina (0,43%). Mientras que el descenso, se apreció en leche en polvo (16,27%), leche pasteurizada (8,66%), harina de trigo (7,25%), arroz (5,92%), salsa de tomate (488%), harina de maíz (4,73%), avena (1,55%) y mayonesa (0,31%).
Se recuerda que, en ciertos casos, lo que ha sucedido con las ventas ha estado asociado a motivos que los industriales han dado a conocer en meses anteriores: la imposibilidad de acceder oportunamente al suministro de materia prima nacional e internacional, hoy asociado a la producción primaria y a la problemática aduanero-portuaria; a la lentitud en las respuestas oficiales ante la solicitud de divisas; a la rigidez administrativa en el control de precios; a las deficiencias en el suministro del servicio eléctrico, y, en preocupante expansión, a la conflictividad laboral.
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