#Opinión: Feliz Navidad para mi patria grande Por: Juan Raad Alvarez

Ya viene otra Navidad donde se avecina otro nuevo año y el angustiante corre, corre, donde habrá otro proceso electoral, donde tendrá presencia los fuertes cambios que afloran en otras partes del mundo que de alguna manera nos arropan, cambios que sentimos muy especialmente en nuestra patria, a partir  de las últimas elecciones, donde mas allá de detallar los resultados cuantitativos que todos conocemos, se dio su resultado cualitativo ante un maravilloso, positivo, responsable y profundo sentido de hacer patria donde una inmensa ciudadanía responsable, participó y ejerció una vez más su derecho sagrado de expresarse, ejerciendo así la más valiosa de las armas individuales, su voto.
Dije también cualitativos, porque en  medio de ese ejercicio maravilloso del voto, toda la ciudadanía se ordenó no sólo a ejercerlo formalmente, sino para cuidarlo, como un padre a su hija, en este caso  nuestra democracia, la cual es un sistema político y un modo de vivir donde muchos ciudadanos creemos en ella, como en  su crecimiento, su maduración y desarrollo que también dependerá igualmente de todos nosotros.
Por otra parte, esas elecciones al realizarse en el mes de diciembre también encendieron su luz navideña propia, tanto para unos como para los otros, en medio de un hermoso titilar tricolor que nos unió a todos los hombres y mujeres paridos en las entrañas de esta madre tierra, aunada a la de aquellos quienes también la hicieron suya por voluntad propia, venidos en todas las épocas, desde la vieja Europa o de América. Hoy más que nunca se nos presenta en la palestra la revisión de nuestros valores sociales y conductuales venezolanos, entre los cuales está también el de ser un pueblo profundo y definitivamente democrático, participativo, respetuoso.
Compatriotas venezolanos todos, esta tierra de todos, lo será para  nuestros hijos y nietos, quienes son el futuro, ante quienes solamente sembrando la semilla de la tolerancia se enriquece el alma ciudadana, que brotará positivamente, como sus más hermosos frutos, el respeto, la lealtad, la amistad, el amor a Dios y a nuestras tradiciones cristianas, donde solo actuando como un solo pueblo, mancomunadamente veremos  ese futuro armonioso, sin fracturas insalvables, dispuestos a dar la mano y a comenzar de nuevo.
Pido una vez más al Dios Todo Poderoso, que bendiga a esta Patria Grande Venezuela, en esta y en todas las fechas posteriores, para que esa paz,  sea producto de un espíritu para un diálogo nacional en el cual estamos obligados a participar especialmente  para  desarrollar las ideas,  como para comprender  el alcance de las proposiciones que usualmente van dirigidas para  fortalecer el alma colectiva, la cual obviamente dependerá también de la riqueza intelectual como de la sensibilidad de sus ciudadanos, quienes deben ser formados en el campo de la tolerancia.
Feliz Navidad en mi nombre y en el de mi esposa Astrid Liscano, a nuestros familiares y amigos, a todos los hacedores del Diario EL IMPULSO, prensa centenaria que año tras año libra luchas en pro de la permanencia y defensa de la libertad de expresión escrita, del cual todos somos parte, a sus innumerables lectores, amigos y columnistas, a nuestros compañeros escritores de Asela en el mundo de las letras, a  todos nuestros entrañables amigos y colegas del gremio de Abogados, a nuestros alumnos de todos los tiempos, y en fin a todos los ciudadanos  de buena voluntad,  que  merecemos por voluntad divina y humana, un mejor mañana, donde la paz y el amor sean los pilares de nuestro gentilicio larense, donde una vez  sus jueces tuvieron fama de honradez y sapiencia, para todos aquellos quienes creemos en el futuro de esta honorable  tierra de esperanza, habitada primordialmente por “gente-ciudadana” en el sentido más amplio de la palabra, con quienes compartimos además el día a día y transitamos por las mismas calles.