La abstención resultó ser el término ideal para describir la jornada electoral de este domingo. La parroquia Cují, en el municipio Iribarren, fue ejemplo de ello.
Ayer había más personas en abastos, panaderías y ventas clandestinas de licores, que en los centros de votación.
El tráfico también se apoderó de las vías principales de este sector ubicado al norte de Barquisimeto.
En la parroquia que cuenta con 27.422 votantes, se reflejó un escaso ánimo al ver los más importantes centros electorales vacíos. Las personas entraban y salían rápidamente de las instituciones habilitadas para ejercer el derecho al sufragio en estos comicios regionales.
Mesas vacías
Los electores inscritos en la Unidad Educativa José Atanasio Girardot, no tuvieron necesidad de hacer colas, puesto que las ocho mesas dispuestas para el proceso se encontraban vacías, aun cuando debían votar 4.200 personas.
Por otra parte, la Unidad Educativa Argimiro Bracamonte, con 2.296 votantes y cuatro mesas, apenas había recibido unos 600 electores en horas del mediodía.
Dicha institución fue la única del recorrido de EL IMPULSO que contó con la presencia de miembros de partidos de oposición a las afueras para vigilar el proceso.
Allí se encontraba el señor Abraham Méndez, militante de Avanzada Progresista.
“Lamentamos la abstención producto del duelo que se creó en el país tras las elecciones presidenciales en las que millones de personas se sintieron defraudadas con un proceso que favoreció al oficialismo”, contó Méndez, quien activó, al mediodía, un equipo de avanzada para apostarse a las afueras de los centros de votación.
Proceso manual
Los electores designados en la Mesa 6 de la Unidad Educativa Andrés Bello tuvieron que esperar para ejercer su derecho al voto.
Tal situación fue generada por la avería en una máquina y pasadas las 12 del mediodía aún esperaban por el levantamiento del acta correspondiente y la autorización para iniciar el proceso de votación manual.
Aunque eran pocos los electores que esperaban por dicha mesa, la molestia se hizo presente.
Fotos: Elías Rodríguez