La señora Hercilia Vásquez, vecina de San Lorenzo (parte alta) tiene a cuestas una cruz que colocó sobre sus hombros la empresa Hidrolara. Si bien cuenta con las tuberías de aguas blancas, el vital líquido sale de los grifos apenas dos veces por semana.
De la cantidad que almacenan en “pipas” y demás recipientes, a duras penas, logran sacar lo necesario para cumplir con los quehaceres del hogar. “El agua llega de madrugada y a las 6.00 am ya no sale nada de los grifos”, contó decepcionada.
En este sentido, pidió a la hidrológica que realicen una revisión en el suministro de esa zona y, de ser posible, cuenten con mayor asistencia para la tranquilidad de todos los habitantes. En el caso de la familia Vásquez, no cuentan con la red de cloacas por falta de recursos.
“La única que trabaja es mi hija y su aporte apenas alcanza para comer. Ojalá Hidrolara nos hiciera el favor de conectar las cloacas a la casa para que, finalmente, dejemos de utilizar la letrina, peligrosa e insalubre para mis nietos”, explicó.
Vías en mal estado
Entre más transcurre el tiempo, son mayores los daños que presentan las calles del barrio San Lorenzo, parroquia Unión, debido a la falta de mantenimiento por parte de la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) a pesar de promover el plan de rehabilitación vial Asfalto Parejo.
Los huecos acaban con el tren delantero de los vehículos y también menoscaban la apariencia de la barriada que también colinda con la avenida Circunvalación Norte. De hecho, el sector es utilizado como vía de escape ante las largas colas que se forman en la intercomunal El Cují-Barquisimeto.
Gerardo Pérez, vecino, lamentó que la capa asfáltica no cuente con mantenimientos progresivos que beneficien a toda la población vecinal. Al parecer, los consejos comunales del vecindario han intentado dar con la ayuda del gobierno municipal pero no atienden la solicitud.
Fotos: Ángel Zambrano
