Los hijos de la enfermera que se suicidó tras ser víctima de una broma telefónica de una radio en el hospital en la que estaba ingresada la esposa del príncipe Guillermo dijeron estar «destrozados», durante un misa el sábado en Londres, por la muerte de su madre, cuyo funeral se celebrará el lunes en India.
El marido de Jacintha Saldanha, en traje de corbata oscuro, llegó junto a sus hijos, que le tomaban por la mano y el brazo, a la Catedral de Westminster para la misa por «el reposo del alma» de la enfermera.
«Estamos destrozados», declaró Lisha, de 14 años, la hija de Jacintha Saldanha, en un homenaje rendido a su madre y leído en la plaza de la catedral.
«La casa está vacía sin tu presencia. Hay un vacío imposible de colmar, mamá. Descansa en paz, y por favor, vela por que nos reunamos contigo en el paraíso», añadió junto a su padre y su hermano.
Los funerales de la enfermera, que trabajaba en el hospital londinense King Edward VII, se celebrarán el lunes en India, en Shirva, en el Estado de Karnataka (suroeste), anunció el sábado un amigo de la familia.
Jacintha Saldanha fue encontrada ahorcada el 7 diciembre, unos días después de haber sido víctima de una broma telefónica por parte de presentadores de una radio australiana, que se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos, respectivamente abuela y padre del príncipe Guillermo.
El 3 de diciembre por la mañana, Saldanha había pasado la comunicación a una colega del servicio en el que se encontraba Catalina, la esposa del príncipe Guillermo, segundo en orden de sucesión al trono. La compañera de Saldanha dio entonces a los presentadores de la radio noticias sobre la joven, rompiendo las reglas de confidencialidad sobre los pacientes.
Las motivaciones de la enfermera no se dieron a conocer, pero esta dejó tres notas.
El hospital King Edward VII aseguró haber apoyado a su empleada y que no fue víctima de ninguna «medida disciplinaria».