The New York Times y su crítico musical Anthony Tommasini, dedicaron este jueves la fotografía de apertura de sus páginas de Arte y Cultura a una desplegada fotografía de Dudamel y una crítica titulada: “Jóvenes venezolanos irradian confianza y pasión por igual: Gustavo Dudamel y la Sinfónica Simón Bolívar en Carnegie Hall”.
Tommasini inicia sus reseña diciendo: “Los músicos de la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, junto a su carismático Director Musical, Gustavo Dudamel, fueron una llama de exuberancia durante sus dos conciertos, completamente agotados, en el Carnegie Hall en las noches de lunes y martes. Es mucho menos común encontrar orquestas jóvenes que proyecten la suprema confianza que dan estos impresionantes músicos”.
Comentando el repertorio del primer concierto, el 10 de diciembre, Tommasini destaca: “Desde la obra inicial del lunes, la Sinfonía India, de Carlos Chávez, el dominio de la técnica y la riqueza acústica de la ejecución dejó claro por qué la Orquesta abandonó la palabra “juvenil” de su título el año pasado. (…) La cálida sección de cuerdas tuvo excepcional profundidad y cuerpo, los dulces metales y las cañas maderas fueron igual de espléndidos.”
La Orquesta “Simón Bolívar” es el ensamble abanderado del programa nacional de entrenamiento orquestal de Venezuela, El Sistema.
Acerca de los 204 integrantes de la OSSBV, señala: “Estos jóvenes músicos son Buenos y lo saben. También tienen suerte. La Orquesta “Simón Bolívar” es el ensamble abanderado del programa nacional de entrenamiento orquestal de Venezuela, El Sistema. Más de 400.000 jóvenes participan, tres cuartas partes de ellos provienen de familias de medianos y bajos recursos. Los estudiantes que llegan a esta orquesta son lo mejor de lo mejor. Debe ser muy emocionante para ellos girar por el mundo, tocando en Festivales Europeos y en las más importantes salas de los Estados Unidos”.
Luego se refiere al segundo concierto, el 11 de diciembre. “Se unió a la Orquesta el Coro Sinfónico de Westminster, para una arrebatadora ejecución del brillante Choro Nº 10 de Villa-Lobos, una obra que audazmente combina melodías que sugieren la selva húmeda del Brazil, con canciones y el ruido de la vida urbana de las calles. El coro, de casi 150 voces, también se dejó llevar y cantó robustamente en la obra del venezolano Antonio Estévez, Cantata Criolla, una pulsante y dramática obra que relata la historia Faustiana del coplero Florentino (interpretado por el poderoso tenor Idwer Álvarez), quien se bate a en un duelo musical con El Diablo (el robusto barítono, Gaspar Colón)”.
Finalmente apunta Tommasini: “Por supuesto, hubo bises, incluyendo la firma de la orquesta: Mambo de West Side Story de Leonard Bernstein, en el cual los músicos se ponen de pié, gritan, giran sus instrumentos y bailan delirantemente. Al final, el público también estuvo gritando y de pié”.
