El exciclista Lance Armstrong, que protagonizó el mayor escándalo de dopaje desde el caso de los laboratorios BALCO hace siete años, encabezó la lista de tramposos que ingresaron en 2012 al Salón dela Infamia del deporte estadounidense.
De candidato seguro al Templo de los Inmortales del deporte, héroe de mil batallas sobre su caballo de acero e ícono mediático mundial, Armstrong descendió a los infiernos tras descubrirse la compleja trama de dopaje sobre la que armó su imperio.
El 10 de octubre de 2012, y tras una investigación de casi dos años, un amplio y documentado informe dela Agencia AntidopajeEstadounidense (USADA en inglés), echó por tierra el mito del ‘Tejano de Hierro’ y le convirtió de héroe nacional en villano universal.
La USADAacusó a Armstrong de haber montado a su alrededor «el programa de dopaje más sofisticado de la historia del deporte». Once días más tarde,la Unión CiclistaInternacional aprobó la decisión dela USADAy despojó a Lance Armstrong de sus siete victorias en el Tour de Francia.
El «Sistema Armstrong» no fue tan sofisticado científicamente como el de los laboratorios BALCO de San Francisco, pero por su simpleza le permitió al estadounidense y sus compañeros del equipos US Postal medrar en lo que USADA calificó mcomo la época del ciclismo profesional «más sucia de la historia del deporte».
El escándalo BALCO estalló en 2007 y dejó al descubierto a varios famosos que usaron drogas indetectables a los controles para mejorar el rendimiento, entre ellos la reina del sprint Marion Jones o las estrellas del béisbol Barry Bonds y Roger Clemens.
La USADAreveló que Armstrong y su equipo le apostaron ala EPO(eritropoyetina) y a las transfusiones sanguíneas, y diseñaron todo un sistema de abastecimiento durante el Tour, incluso con complacencia y protección de la propia asociación internacional de ciclismo.
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