Investigadores británicos diseñaron una fórmula simple que, dicen, puede predecir las posibilidades que tiene un bebé de ser obeso más tarde en la vida.
La fórmula combina varios factores conocidos para calcular el riesgo de obesidad.
El equipo del Imperial College de Londres, que publica el estudio en PLoS One, espera que el avance se utilizado para identificar a los bebés que están en riesgo.
La obesidad infantil puede conducir a muchos problemas de salud, incluidos la diabetes tipo 2 y la enfermedad del corazón.
Los investigadores analizaron los registros de 4.032 niños finlandeses nacidos en 1986 y los datos de otros dos estudios que incluyeron a 1.503 niños italianos y 1.032 niños estadounidenses.
Encontraron que analizando unas cuantas mediciones simples, como el peso del bebé al nacer y si la madre era fumadora, era suficiente para predecir la obesidad.
Ambiente, no genética
Previamente se pensaba que los factores genéticos podían ofrecer claves importantes sobre problemas de peso más tarde en la vida. Pero sólo uno cada 10 casos de obesidad es resultado de una rara mutación genética que afecta el apetito, afirman los científicos.
Los expertos están preocupados porque la obesidad infantil se ha incrementado. En Inglaterra se calcula que 17% de niños y 15% de niñas son ahora obesas.
Predictores de obesidad
Peso del bebé al nacer
Índice de Masa Corporal de los padres
Número de personas en el hogar
Estatus profesional de la madre
Fumó o no la madre durante el embarazo
Los factores de riesgo de obesidad ya son bien conocidos. Pero ésta es la primera vez que se combinan estos factores en una fórmula.
El profesor Philippe Froguel, quien dirigió el estudio, afirma que la prevención es la mejor estrategia.
Porque una vez obeso puede ser muy difícil que un niño pierda peso.
«La ecuación está basada en datos que todos pueden obtener de un recién nacido y encontramos que ésta puede predecir casi 80% de los niños obesos» dice el investigador.
«Desafortunadamente, las campañas de prevención pública han sido algo ineficientes para prevenir la obesidad en niños de edad escolar. Enseñar a los padres sobre los peligros de la alimentación excesiva o los malos hábitos alimenticios puede ser mucho más efectivo».
«El mensaje es simple. Todos los niños en riesgo deben ser identificados, monitoreados y deben recibir buena asesoría. Pero esto es costoso» agrega.
«Hemos hecho un excelente trabajo al destacar que la obesidad es un asunto serio pero hemos sembrado paranoia en el público general de que todos están en riesgo»
El profesor Paul Gately, especialista en obesidad infantil dela Universidad Metropolitanade Leeds, Inglaterra, afirma que una herramienta como ésta ayudaría a centrarse en la gente que está en riesgo en lugar de llevar a cabo un enfoque de «una talla única para todos», la cual, dice, no funciona.
«En lugar de gastar dinero en un gran número de personas, podemos ser más específicos y gastarlo apropiadamente».
«Quizás no ahorraríamos dinero a corto plazo pero sería gastado más sabiamente y podría reducir la cuenta de los servicios nacionales de salud en el futuro».
«Hemos hecho un excelente trabajo al destacar que la obesidad es un asunto serio pero hemos sembrado paranoia en el público general de que todos están en riesgo».
«Las herramientas de este tipo ayudarán a cambiar esa actitud. Y una vez que la usemos, necesitamos programas de intervención para los niños que están en mayor riesgo» agrega el experto.
Foto: Archivo