Pandemias que devastan la Humanidad, meteoritos que impactan el Planeta, zombis que desembarcan en la Tierra, marabuntas que acaban con todo: el supuesto fin del mundo sigue inspirando al cine y llenando de terror y de público las salas de cine.
«Algunos dicen que el mundo acabará en fuego, otros en hielo», escribió hace un siglo el gran poeta estadounidense Robert Frost.
Pero en el cine, los escenarios apocalípticos son mucho más diversos, proponiendo desde invasiones alienígenas hasta guerras nucleares, pasando por destructivos superordenadores.
En el 2012, la supuesta profecía maya del «fin del mundo», que tendrá lugar el 21 de diciembre, sugiere que ese tema es recurrente a través de los siglos, y que seguirá estimulando grandes y lucrativas producciones de Hollywood, así como el cine independiente.
La profecía maya anunciando un supuesto apocalipsis el 21 de diciembre – una fecha que los sacerdotes de esa cultura insisten que marca sólo «el fin de un ciclo»- ha servido de pretexto para revisitar la historia mundial del «cine del apocalipsis».
En París, el Foro de Imágenes, un centro de cine en la capital gala, consagra un ciclo al cine del «fin del mundo», con unas 80 películas.
Una de sus organizadoras, Isabelle Vanini, indicó a la AFP que le había sido muy fácil hallar títulos para elaborar su programación.
«Fácilmente habría hallado el doble» de filmes, dijo Vanin a la AFP. «Hay todo tipo» de películas de este género: desde populares filmes catástrofe a clásicos de ciencia ficción, comedias, seudodocumentales y películas artísticas, en blanco y negro y con muy bajo presupuesto», indicó.
Un nuevo género: el «apocalipsis íntimo», que refleja nuestros miedos
«En los últimos años ha prosperado un nuevo género, que se puede llamar ‘apocalipsis íntimo, que examina cómo algunas personas escogen vivir sus últimas horas», explicó Vanini, citando como ejemplo «4:44 Last Day on Earth» («4:44 Ultimo día en la Tierra), del gran cineasta estadounidense Abel Ferrara, sobre una pareja en Nueva York esperando el fin del mundo.
Para el filósofo francés Peter Szendy, autor de un libro sobre el cine del fin del mundo, ese tipo de películas trata de cómo se vive «a la espera de un acontecimiento terrible».
La cinta «cuenta una historia sencilla. Los mundos están siempre acabándose: cuando alguien muere es el fin de un mundo», opinó.
La dramática «Take Shelter», del realizador de cine independiente Jeff Nichols -considerada una de las mejores cintas de horror del año pasado-, parte de un hipótetico fin del mundo para explorar los terrores que planean sobre la sociedad estadounidense contemporánea.
La hermosa película de Lars Von Trier «Melancholia», que concursó en el pasado Festival de cine de Cannes, en mayo, es un retrato íntimo de dos hermanas que se preparan al choque de la Tierra con un planeta misterioso.
«Muchos autores se han volcado recientemente en el tema de Apocalípsis», dijo Vanini. «Pero e diferencia de las grandes películas de entretenimiento, en las que el mundo salta en añicos, esas cintas son más íntimas, van más hondo, y pueden ser muy misteriosas».
Además de esas visiones íntimas del fin del mundo, el cine ofrece escenarios grandiosos, como «Armagedon», de Michael Bay y protagonizada por Bruce Willis, en la que un astereoide del tamaño de Estado de Texas se dirige hacia la Tierra.
O «La Guerra de los mundos», una versión del clásico de H.G.Wells, que pinta la espectacular batalla librada para salvar al hombre en su lucha contra seres de otro mundo.
Entre las visiones más recientes de catástrofes planetarios, figura «Buscando un amigo para el fin del mundo», de Lorence Scafaria, que evoca la destrucción de la tierra tras una colisión con otro astro.
Pero también está de moda el cine post-cataclismo, como «The Road» (El Camino), una visión muy personal de la desolación después de un apocalípsis ecológico.
El fin del mundo, tema que acompaña el Séptmo Arte casi desde sus comienzos, seguirá seguramente alimentando la imaginación del cine en el siglo XXI, para el placer de los espectadores que les gusta sentir miedo en las salas oscuras.
ech.ame.zm