Desde los últimos días del mes de agosto de 2008, hasta la fecha, las consecuencias del desplome de siete viviendas y el deslizamiento de tierra siguen intactas en la calle Poa Poa de la urbanización El Pedregal, al suroeste de Barquisimeto.
Las casas destrozadas aún se encuentran en el lugar, cuatro años después, “guindando” sobre pedazos de escombros que apenas se sostienen entre terrenos regularmente nivelados y a orillas de barrancos.
Para ese momento, Henri Falcón, en calidad de alcalde de Iribarren, a través de un programa de televisión dijo que evaluaría la posibilidad de adecuar un terreno al este de Barquisimeto para las siete familias a quienes se les cayó la casa, así como las alternativas de demolición de las viviendas que quedaron en el suelo.
Asimismo, habló que fabricaría muros y retiraría los escombros.
No obstante, en la actualidad las casas y los escombros permanecen en el lugar. En lo único que cumplió Falcón fue en la asignación de terreno donde tres de las siete familias afectadas construyen igual número de viviendas; el resto vive en casa de familiares.
Minerva Perdomo de Orellana, habitante, indicó que justamente esos escombros fueron cediendo y fracturaron la red de tubería de aguas negras, las cuales convirtieron la zona en un río fecal, con insoportables olores.
Indicó que el torrente de las cloacas recorre más de un kilómetro sobre la zona de protección para finalmente caer en el Turbio, convirtiéndose en un problema ambiental y de salud pública, en el entendido que muchas familias padecen enfermedades estomacales, respiratorias y de la piel.
Perdomo manifestó que Hidrolara tiene conocimiento del caso y espera que lo solucione lo antes posible por el bien de la comunidad, principalmente de los niños y personas de la tercera edad.
Acorralados por delincuentes
Quince casas asaltadas en menos de un mes, entre octubre y noviembre, y tres intentos de robos en las últimas 72 horas a familias dentro de las casas explican la alarmante inseguridad en El Pedregal II.
“Ahora las ruinas, muchas de ellas en un precipicio, son centros de operaciones que utilizan los sujetos armados para esconderse y desde allí salen a la urbanización para atracar en las residencias”, lamentó.
En tal sentido, hace un llamado a las autoridades para que procedan a demoler las casas afectadas por el deslizamiento del 2008, para que los delincuentes se alejen de lo que ahora tienen de guarida.
Agradeció a los efectivos de la Guardia Nacional, destacados en Barici, los recorridos que hacen por al zona, aunque se les dificulta bajar hasta las ruinas donde se reunen los ladrones.
Por otra parte, señaló que Corpoelec está ajeno al mantenimiento del alumbrado de El Pedregal, el cual lo hace la comunidad con recursos propios, y eso resulta muy costoso, ya que un poste cuesta dos mil bolívares fuertes.Denunció actos bochornosos realizados los fines de semana en una vivienda cercana, que amerita la actuación de la Policía Municipal para que haga cumplir la ordenanza de Convivencia Ciudadana.