El presidente Hugo Chávez, llegó a Cuba para someterse a su cuarta cirugía por el cáncer que lo persigue desde el 2011 y prometió volver «pronto», tras haber admitido que su enfermedad podría adelantar el fin de su era de 14 años al frente del país petrolero.
«Espero volver pronto», agregó subiendo las escalinatas del avión presidencial mientras levantaba su pulgar izquierdo.
El militar retirado de 58 años enfrenta una segunda recurrencia de un cáncer del que poco se conoce, salvo que se encuentra en la zona pélvica, y del que ya se declaró curado en dos oportunidades.
El fin de semana el presidente conmocionó a los venezolanos al anunciar que deberá operarse nuevamente, una cirugía que él mismo advirtió que es de riesgo, y también al señalar un eventual sucesor para el caso en que no logre asumir su nuevo mandato en enero.
El líder izquierdista, que acaba de ganar las elecciones para gobernar el país hasta el 2019, pidió a sus seguidores que voten por el vicepresidente Nicolás Maduro si él se viera impedido de seguir al mando de la potencia petrolera y se llamaran a nuevas elecciones.
La designación de Maduro ha remecido los ánimos de los venezolanos, quienes se acostumbraron a que el mandatario condense sobre sus hombros casi todas las decisiones de Estado desde que asumió por primera vez en 1999.
Los bonos venezolanos, entre los más transados de los mercados emergentes, se disparaban por las noticias y el precio del referencial Global 27 subía 2,3 por ciento a 101.092/102.987, a las 1400 GMT.
«Los recientes eventos incrementan las probabilidades de que la oposición pueda ganar la presidencia de Venezuela, pero todavía esperamos que el chavismo sin Chávez sea competitivo electoralmente», dijo el analista Boris Segura de Nomura en un reporte a clientes.
Chávez logró una contundente victoria en los comicios de octubre tras forzar al máximo su debilitado cuerpo durante la campaña.
Pero la oposición se agrupó alrededor de la figura del joven gobernador Henrique Capriles, que pescó 6,5 millones de votos, su mejor marca desde que Chávez subió al poder.
El presidente partió cerca de la 1.30 horas local (0600GMT) a la isla gobernada por sus aliados Raúl y Fidel Castro quienes le han brindado el hermetismo necesario para que ningún detalle sobre su enfermedad se filtre a la prensa.
En imágenes editadas la televisión venezolana mostró la partida de Chávez, con ropa deportiva, despidiéndose de sus ministros y colaboradores más cercanos. Fue recibido luego en La Habana por Raúl Castro, según la prensa oficial cubana.
CRÍTICA Y OPCIÓN OPOSITORA
La oposición le ha deseado salud a Chávez, pero ha criticado el secretismo con el que ha sido tratada su enfermedad y ha pedido seguir la Constitución al pie de la letra, que estipula nuevas elecciones si el mandatario no pudiera asumir su nuevo mandato el 10 de enero.
Además, ha exigido con fiereza, pero sin resultados, que se nombre un presidente temporal durante las ausencias del mandatario.
«Esconder información para beneficio parcial, sin tener en cuenta el interés nacional, es un proceder no democrático, no da buenos resultados», dijo el secretario ejecutivo de la coalición opositora, MUD, Ramón Guillermo Aveledo.
La salud de Chávez afecta también a diversos países de la región que dependen del envío de crudo venezolano a condiciones preferenciales como Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, partió la mañana del lunes a Cuba para acompañar a Chávez y a su familia en la operación, que los médicos del mandatario requirieron con celeridad.
¿OTRA OPORTUNIDAD PARA LA OPOSICION?
La oposición podría encontrar en la ausencia de Chávez la ruta para volver al poder que se le ha negado por los votos en muchas oportunidades.
Muchos votantes dejan pasar las falencias gubernamentales por un fuerte apego emocional a Chávez, que aprovechó la enorme renta petrolera del país para crear decenas de programas de subsidio directo a la población de menores recursos.
Pero sin Chávez, Maduro la tendría difícil a pesar de ser bien visto en la población por su pasado humilde de chofer de autobús.
Maduro, también canciller, es un firme seguidor de las políticas estatistas de Chávez y, al igual que el mandatario, un feroz crítico de Estados Unidos, donde Venezuela envía gran parte del crudo que extrae.
Las últimas encuestas disponibles mostraban a Capriles por encima de cualquier sucesor de Chávez para unas posibles elecciones adelantadas.