#Opinión: Fuegos, corrupción y despilfarro Por: Antonio Jose Rivera Chávez

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En estos tiempos cuando se oye hablar de revolución como sistema englobador de racionalidad económica, justicia social, patriotismo y pare usted de contar. Observamos con decepción como la palabra se devalúa ante la práctica para convertir los principios en mentiras para engañar incautos.
La llegada de Diciembre siempre trae para la ciudadanía una adición de zozobra en el manejo, importación y venta de los llamados “Fuegos Artificiales” lo cual de entrada es un eufemismo ya que en verdad son fuegos nada inofensivos y de hecho no son nada falsos produciendo  quemaduras de cualquier grado en contacto con los seres vivientes. Mucho gente creyó que con el asunto revolucionario  esta práctica nada civilizada de hacer tronar la tranquilidad de la noche seria erradicada y se transformaría  esta tortura sónica en música o en sonidos para la paz espiritual.
Nada de eso ocurrió y por el contrario hoy día  no se sabe si por la camaradería hacia los chinos se importan cientos de toneladas de estos materiales atronadores lo cual desde el punto de vista económico significa fuga de divisas para gastos innecesarios mientras hay hospitales clamando  por dólares  para importar material necesario  para la cura de enfermos  de cáncer y otras terribles enfermedades.
La burocracia desde el Poder no solo se lucra muchas veces con estas importaciones si no que hace de la permisologia a las mismas un gran negocio lo cual hace crecer la ganancia en el guiso y la severidad en el permiso va en proporción directa al monopolio de la distribución y comercio de estos artefactos explosivos. Se combinan burócratas y comerciantes para el gran negocio y desde afuera hacen ver todo lo contrario. Esta llave tiene mucho tiempo operando pero ahora el monopolio es mayor. Además de todo esto con este lamentable comercio también se ganan lo suyo los policías y agentes de cuerpos de seguridad del Estado en general con capacidad para detener o sancionar al “torturador sónico”. Cada año hay miles de víctimas: mochos, quemados, muertos ciegos, sordos,etc pero nunca se responsabiliza  a nadie por la venta de objetos para este martirio familiar.
En verdad este pedimento  contra los llamados Fuegos (Nada) Artificiales  en un país donde  lo que abunda  es el fuego mortal de los malandros  pareciera algo tonto pero uno espera que esta revolución por lo menos acabe  con esta necedad donde millones de dólares y/o bolívares se convierten en  ruido y humo sin nada productivo que admirar. Si por lo menos en esta revolución  se evitara esta locura  estruendosa de Navidad y Año Nuevo no solo lo agradecerían los humanos  sino también los animales y plantas  cuya condición pasiva los hace  ultra sensible al bendito fuego (nada) artificial.
La tarea entonces es la de NO contribuir  con el daño ambiental  comprando estos artefactos nada necesarios para el regocijo y el esparcimiento. ¡Feliz Navidad y Año Nuevo¡ sin fuegos mortales. Más na’.

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