El tradicional Cascanueces regresa para elevar un canto alegre por Navidad

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En la Sala H del Teatro Teresa Carreño hay movimiento dancístico hace unos dos meses. Un grupo de interpretes mueven sus cuerpos, con sus zapatillas punzando el suelo mientras la instructora ordena con su voz y sus manos. Se trata del montaje 17 del clásico universal del ballet: El Cascanueces, con música del ruso Piotr Ilich Chaikovski e historia del francés Alejandro Dumas.

Fue en 1996 cuando el maestro venezolano Vicente Nebrada llevó por primera vez a los escenarios caraqueños el clásico y desde entonces su coreografía en comunión con la música se han convertido en tradición al momento en que suenan las campanas decembrinas.

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«Es una obra fresca, que nos ambienta en la Navidad, en la ilusión y fantasía. Se hace mundialmente en diciembre. Casi todas las compañías de ballet lo presentan en diciembre y parte de enero», comenta quien asistió a Nebrada en el primer montaje, Laura Fiourucci.

La función que verá el público desde este sábado 8 hasta el 15 de diciembre es el mismo de hace 17 años, con algunas variaciones de vestuario y retoques en la escenografía. Sin embargo, para Fiorucci «siempre vas a encontrar detalles nuevos, que no viste en veces anteriores», destaca emocionada.

Y sobre el vestuario, está ambientado en el invierno alemán de finales del siglo XIX, razón que hace a los trajes pomposos, pesados y bastante cubiertos, una característica distinta a lo que el público está acostumbrado a ver cuando se trata de ballet.

La escenografía gozará de sorpresa y vistosidad pues desde grandes bomboneras, pinos, muebles, pianos, ventanales y los animados caballitos, soldaditos y ratoncillos se reunirán sobre la sala Ríos Reyna para ofrecer un espectáculo de más de dos horas.

La majestuosidad de la pieza se aliñará con cerca de 150 intérpretes en la escena, divididos entre niños de 8 a 11 años y adultos de 18 años en adelante. Los pequeñines provienen de la Escuela de Ballet de Las Américas y de la Escuela Nacional de Danza. Los grandes se han formado en el Teresa Carreño.

Quizá la sorpresa más anunciada de la velada es la participación de la Orquesta Filarmónica Nacional, que estará en la fosa del teatro interpretando con alegría la música de Chaikovski durante todo el desarrollo de la función.

«Es la primera vez que la filarmónica participa en un montaje de El Cascanueces. Siempre, para los músicos, es una experiencia muy sabrosa porque la música de Chaikovski es riquísima orquestalmente y es muy original ensamblarla con el ballet», destacó quien llevará la batuta, Elisa Vegas.

Bernardette Rodríguez es una de las bailarinas que desde hace dos meses está internada en la Sala H. Para ella la oportunidad no es nueva; ya son cinco años al servicio de la mágica coreografía de Nebrada.

«Aunque lo haga todos los años siempre hay algo nuevo. Uno le tiene mucho amor a este cascanueces, es una energía que te mueve, es el mismo Vicente (Nebrada) que está con nosotros», confiesa.

Resume, además, que la pieza es una oportunidad para los bailarines de demostrar lo que has aprendido cada año. «Es un reto para nosotros conseguir los roles que más nos gustan», señala la bailarina.

Una historia de Navidad

El Cascanueces empieza en una noche de navidad alemana en la que los padres de la niña Clara hacen una fiesta para celebrar entre familiares y amigos. Un tío de la niña le entrega como regalo un pequeño cascanueces, que cautiva a la pequeña por su colorido.

El regalo es colocado debajo del árbol de Navidad pero, cuando Clara regresa por éste, una marea de gigantes ratones se lanza contra ella y para defenderla todos los juguetes de la sala junto con el cascanueces crecen enormemente.

Así, en el primer acto el público será testigo de una gran batalla entre animales y humanos. Una lucha ambientada con fuegos artificiales en la que el pequeño juguete toma vida hasta convertirse en un príncipe que enamora a Clara y la lleva consigo al país de las nieves y los dulces.

La sala se cubrirá de blanca nieve para dar paso al paseo mágico por países imaginarios en los que la diversidad coreográfica se apreciará en un derroche de composiciones que recrearán la danza del chocolate o baile español en el que hombres serán toreros y mujeres vestirán largas faldas andaluces.

Seguido al chocolate vendrá la danza árabe del café, la danza china del té, el baile de los masapanes, la coreografía rusa y el baile en pareja entre la hada del azúcar y los ángeles que pasearán a Clara por todos esos mundos.

Rodríguez da vida a Clarita y para ella es «encantador porque significa ser niña otra vez. Conocer a un niño que te gusta y deslumbrarte por un mundo que desconoces», apunta.

Cuando el final está cerca, la niña parece despertar de un sueño y queda la duda de si fue cierto o no todo lo sucedido en ese viaje por la fantasía.

La magia y tradición de El Cascanueces inicia sus presentaciones este sábado 8, a las 4:00 de la tarde, y seguirá el domingo 9, a las 11:00 de la mañana y 4:00 de la tarde.

La semana siguiente comenzará a cautivar desde jueves 13 y viernes 14, a las 4:00 de la tarde, y fines de semana en doble tanda: a las 11:00 de la mañana y a las 4:00 de la tarde.

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