#Opinión: Un amigo de verdad Por: Vinicio Guerrero Méndez

“Guardo en mi corazón tu promesa para no pecar contra ti” (Salmo 119:11)
Dijo Pilatos: ¿Qué es la verdad? Y Jesús respondió: La verdad viene del cielo. Pilatos le preguntó: ¿No hay, pues, verdad sobre esta tierra? Y Jesús dijo: Mira cómo los que manifiestan la verdad sobre la tierra, son juzgados por los que tienen poder sobre la tierra.
El hombre mortal puede, después de haber sido llamado para trabajar por una temporada en el servicio especial de Dios, volver a las labores de los tiempos anteriores. Eso hice. ¡Vaya! este año fue de encuentro con la verdad y no la apariencia que vivimos en esta vida. Muchas personas que considere de mi alta estima me hicieron comprender como poco lo equivocado que estuve.
Al igual que Jesús no quiero amigos de conveniencia, que sólo están conmigo hasta partir el pan, pero que me dejan solo y huyen cuando se aproxima la sombra de la cruz.
Quiero amigos humildes, pacíficos, de alma pura y libre de ataduras sensuales. ¿Sabes Jesús? Me siento muy feliz de confiar en ti. Esta mañana no quise mover montañas. No lo vi necesario. Mi convicción por ti no me tentó a hacerlo. Te amo y tú lo sabes. Me gustan mucho tus mañanas que ante mi dibujas. Observo el sol cubrir con la sabana de su resplendente luz, las montañas; mientras tus nubes con impresionante habilidad cambian de posición. Todo ese fenómeno va desarrollándose mientras te alabo; igual majestuosidad de estrellas esas madrugadas en que te ofrezco mi mejor sueño.
Sin duda alguna, bueno eres, bueno el cielo con el Sol, la Luna y las estrellas; tú  amas el bien, porque es buena la tierra; bueno es el rostro del hombre, armonioso, iluminado por una suave sonrisa y por vívidos colores; buena el alma del amigo por la dulzura de compartir los mismos sentimientos y la fidelidad de la amistad; bueno es el hombre justo y buenas son las riquezas que nos ayudan a quitarnos problemas de encima; buenos los ángeles por su santa obediencia; buena la palabra que instruye de modo agradable e impresiona de manera conveniente al que la escucha; bueno es el poema armonioso por su ritmo y majestuoso por sus sentencias. Así amigo eres tú, eres el amigo de verdad que viene del cielo.
¡Feliz navidad para todos! ¡La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
[email protected]