Por quienes por soberbia, orgullo o tiranía de la conciencia, sin intención pero con culpa, sin razón o con arrebatos, con razón pero sin humildad, sin motivos o con ellos pero sin tacto creen hacer lo correcto mientras destruyen a su prójimo. Por quienes se aprovechan de la circunstancial ventaja de una posición de poder para herir y gambetear; por quienes sin calibrarla precipitan una opinión devastadora, por quienes no viven sino colocando emboscadas al prójimo.
Por quienes en nombre del amor se dan al odio, por quienes se desgastan en vanidades, por quienes mienten y por quienes les creen; por quienes traicionan y por quienes tientan la traición. Por quienes buscan la riqueza fácil; por quienes odian, por quienes propician las injusticias, por quienes son presa de la belleza disfrazada, por quienes se dejan seducir por la apariencia, por quienes no reconocen sus errores, por quienes para ellos la culpa es de los demás.
Por quienes se entrometen, por quienes envidian, por quienes roban, por quienes matan, por quienes urden la venganza, por quienes irrespetan y pretenden ser respetados, por quienes sufren de patologías histriónicas y su público engañado.
Por la madre que asesina a su hijo o hija alcahueteándole. Por quienes no piensan en el futuro, por quienes desdeñan de la pureza a favor de la podredumbre, por quienes son insensibles; por quienes se creen autosuficientes. Por quienes generan tristeza e incertidumbre y por sus victimas, por quienes venden sus cuerpos, por quienes insultan sus almas, por los que lloran, por los que esperan, por los que no meditan sobre su proceder y sobre el efecto boomerang.
Por los alcohólicos y los drogadictos, por los miserables, por los pobres, por los enfermos mentales, por quienes han descalificado, subestimado, descalificado, humillado o herido al prójimo. Por los que se esconden tras una máscara mientras su figura agazapada es impune en perjuicio de los demás. Por los niños que sufren, que lloran, que tienen hambre, que están huérfanos, que han sido violentados y violados, que son tratados indignamente.
Por los pedófilos para que recuerden el niño que alguna vez fueron. Por los que practican la hechicería, la magia negra y la brujería; por los ladinos que se mantienen presos de sus poquedades espirituales. Por los que no tienen ética y por quienes la blanden como escudo, por los que se enferman de mando y de autoridad. Por el hombre que pide auxilio, por la mujer que llora de verdad y por la que finge para que no lo haga más.
Por los enfermos de Sida y por quienes los contaminaron. Por quienes no corresponden a la verdadera amistad y por quienes se aprovechan de los amigos, por quienes se olvidan de quienes les tendieron la mano y no son capaces de tenderle la mano a nadie y son déspotas para no perdonar ni ser gentiles; por quienes no le dan a nadie la oportunidad de resarcirse ante el mundo y el trabajo. Por quienes son incapaces de pedir perdón; por todos nosotros Señor Dios, Perdón y míranos con misericordia.