Thalía creció entre estudios de televisión y escenarios y no es raro que sus hijos, que apenas comienzan a entender su profesión, hayan heredado de ella el ímpetu artístico.
Pero aunque a Sabrina Säkae la música «le sale naturalmente» y que el pequeño Matthew «es muy plástico», la intérprete prefiere que en el futuro opten por dedicarse a oficios alejados al mundo de los reflectores.
«Tienen esa vena de arte, del padre y de la madre, pero ojalá que se dediquen a otra cosa que no sea tan drenante y que agarren esto como hobby, no como una profesión», dijo Thalía el martes tras expresar que su hija «es muy musical, le encanta hacer canciones de historias y las escribe, las compone» y que a su hijo «le gusta pintar, le gusta estar haciendo dibujos».
En una pequeña rueda de prensa para promocionar «Habítame siempre», su nuevo álbum, la superestrella mexicana radicada en Nueva York aseguró que prefiere mantener alejados de los escenarios a sus hijos con su esposo, el magnate de la industria musical Tommy Mottola.
Ellos apenas están descubriendo, sino es que ella, por que él es todavía un bebecito, que mamá sale en la tele, que mamá es cantante. Yo no soy de las que llevo a mis hijos adonde voy, no creo que sea necesario el arrastrarlos, (y decir): íVengan a verme y suban al escenario a que corra el niño mientras yo ensayo con los músicos! Esa no es mi filosofía de vida», expresó la cantante.
Como sus pequeños, Thalía dijo haber heredado la impronta artística de su madre, Yolanda Miranda, quien falleció sorpresivamente en mayo de 2011 y que dedicaba parte de su tiempo a la pintura.
«Mi mamá pintaba. Es algo que a mí me encanta… Me gusta hacer mis trazos, mis cosas, pero es algo como más hobby, como desahogo», precisó.
Durante su visita a su natal México, la cantante también grabó un par de números musicales para el concurso televisivo de talento «La Voz… México», a transmitirse el 9 de diciembre.
A diferencia de colegas como Paulina Rubio, quien participa en dicha emisión como coach y Ricky Martin, quien se sumará a la versión australiana del programa, Thalía dijo que por lo pronto no tiene planes de participar en un programa de este corte por no coincidir con sus intereses artísticos actuales.
«Me han invitado a estos proyectos de primera mano, pero soy muy prudente para eso de juzgar a otros, eso me causa estrés y en mi vida no quiero estrés, yo quiero ir a hacer las cosas que me llenen y me vibren y eso no sería algo que me atraiga en estos momentos… En estos momentos me importa el poder comunicarme con el otro de un aspecto más íntimo, más interno y crear una emoción a través de la letra de una canción», expresó.
De ahí que califique su nuevo disco, publicado por Sony Music, como «sanador» y «liberador» gracias a la «médula lírica importante» de temas que incluyen ritmos como bachata, mambo, bolero y hasta bossa nova.
«Vocalmente es lo que quería: interpretar canciones que me retaran, que me permitieran explorar otros tonos, otro color de mi voz», indicó sobre el álbum, que le siguió a otro en el que habría sufrido cierto rechazo profesional.
«No quería hacer ninguna invitación. En (el CD/DVD en vivo) `Primera fila’ quise invitar a unos compañeros y me dijeron que no, también autores me dijeron que no, no me quisieron dar canciones y me quedé con esa cosita de, `Ya no pregunto porque se siente horrible que te digan no»’, confesó. Por ello, calificó sus trabajos con Prince Royce, Robbie Williams o Michael Bublé en «Habítame siempre» como «destinados a pasar».
Incluso fue capaz de transformar el temor a las negativas para mostrar una Thalía nueva.
«Dije, como que no, ahora va y con más… Esos obstáculos son los que hacen que uno se levante más fuerte y que reconstruya y enfoque todas sus armas hacia un nuevo objetivo y mi objetivo era tratar de desbaratar todos esos estereotipos de tantos años».
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