#Opinión: Sinceridad política Por: Rafael Bayed

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Me gusta leer libros de historia, porque así voy cada día comprendiendo que la conducta de los politiqueros es la misma desde que estas tierras de Dios fueron habitadas por seres humanos: chismes, mentiras, intrigas, traiciones, engaños son la base de la cultura de los populistas y en Venezuela no somos ajenos a estas realidades.

Es asqueante lo que debe vivir la sociedad civil, sin tener un conducto de sinceridad entre ella y su participación en la acción política en la conducción del Estado, cuando sus dirigentes en su mayoría mienten.

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La politiquería no tiene principios éticos ni basa su accionar en la ciencia (la búsqueda de la verdad). El populista o politiquero sólo se fija en su personal interés de llegar al poder para servirse de él con la finalidad de dominar a los demás. Por esta razón el populista o politiquero nunca se define ante los demás como lo que es: un populista. Simplemente se calificará ante el público como una persona de pensamiento político de izquierda o de derecha; esto oscilará de muy acuerdo al peso que tenga el péndulo que marca la coyuntura política del momento, por supuesto.
Desde 1978 los académicos castrenses permitieron, que en las aulas de los militares, los “académicos” civiles impartieran clases, y así sigilosamente deslizaban doctrinas anarquistas; hasta algunos civiles asistieran a esos cursos permitiendo que el gusano de la politiquería, la demagogia comenzara hacer su trabajo, la motivación del populismo.

Resultado de esta “apertura” académica fue que la anarquía y el vandalismo politiquero comenzara hacer efecto en los jóvenes estudiantes castrenses que más tarde se alzarían contra las instituciones establecidas según el ordenamiento jurídico-político existente.
La situación que hoy vive la Republica, con un gobierno que violenta la Constitución, viola las leyes, se aprovecha de la existencia de una representatividad en el parlamento que no representa la mayoría de los venezolanos y el resto de los poderes secuestrados no es mas que populismo, politiquería, vandalismo.

El 27 de noviembre al igual que el 4 de febrero son fechas que el pueblo venezolano conmemora con malestar y desolación y no como estos facinerosos del gobierno que celebran triunfos de acciones vandálicas que solo crearon dolor y tristeza.
Por ahí vemos a politiqueros de la disidencia que han vivido del saltinbanquismo copiar la conducta de los demagogos y prestarse a la farsa del populismo con la conformación e implementación de las comunas, que no son otra cosa que órganos que servirán a las pretensiones de imponer el comunismo.

Las comunas socavaran las bases de la sociedad y la familia así como la Ley de Arrendamiento socava la base de la propiedad, como mañana pretenderán acabar con la libertad y pondrán en peligro la vida de los venezolanos.

A la poca dirigencia política del país no se le ve clara posición frente a los actos populistas de este régimen, pareciera que la agenda solo es de lograr publicitarse para actos políticos-electoreros y no con posiciones contundentes contra la instalación del comunismo.
La sociedad civil, la que trabaja y sufre día a día necesita con urgencia que haya mayor sinceridad en las posturas de los políticos y que haya menos politiquería.

@rabayma

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