El tiempo corre velozmente y cada vez obviamente falta menos para el día 16D, cuando habrá las elecciones de los gobernadores y de los legisladores regionales. Ya hemos dicho que estamos viviendo dos líneas fundamentales de campaña electoral:
1) La nacional, desde Miraflores, en las regiones de su dominio o de su pretendida perspectiva, con base en la proyección personalista del Presidente Chávez, donde los candidatos a gobernadores pareciera que no cuentan para nada.
2) La regional-local, desde la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), afincada en los líderes, planteamientos, problemas y propuestas de solución en cada comunidad regional, sin subestimar ni negar los principales problemas nacionales.
A estas dos líneas fundamentales se une el efecto que pudieran ocasionar en cada lugar la trasmisión e inducción de sentimientos muy naturales y amenazantes a la vez, que se pueden estar jugando desde Miraflores en el ánimo de mucha gente, entre cuyos elementos destacamos:
1) El descarado y abundante uso de todos los recursos del Estado, del Gobierno en todas sus ramas del Poder Público Nacional y sus Instituciones, en cuyo cuadro no escapa el propio árbitro electoral (CNE), todo lo cual redondea el ya establecido e ilegal ventajismo, reiteradamente cuestionado y denunciado.
2) Sentimientos obvios, también amenazantes, que se derivan del ventajismo planteado, como son: el agradecimiento, la amenaza y el chantaje, el miedo ante tantas amenazas, la resignación y la conformidad con lo existente, etc.
A lo anteriormente señalado se agrega, como si fuera poco en lo referente a factores de influencia y determinación, el sorpresivo resultado favorable al Presidente Chávez durante las últimas horas del 7-O, día de la elección presidencial. Ello se convirtió, en cierta forma, en un triunfo y en una derrota no esperados, nacional e internacionalmente, por mucha gente de uno y otro lado. Aunque, si se piensa y se hacen las cosas con cierta racionalidad hay que ponderar suficientemente el crecimiento cualitativo y cuantitativo que tuvo, con los resultados conocidos, la oposición democrática, y como consecuencia del trascendental hecho político se da en el escenario en desarrollo un horizonte esperanzador. De ahí que nos plantea la urgencia del voto. En tal sentido, resulta obligante para toda la oposición democrática movilizar cuantos votos sea posible, para ganar estas elecciones de gobernadores y diputados regionales, en bien de la Democracia del futuro, que deberá darse sin exclusiones y con sincera y eficiente atención prioritaria a los venezolanos más necesitados: Una Democracia real y auténtica.
