El CD Lara no pudo hacer del estadio Metropolitano un fortín –como ocurrió la temporada anterior- y quedó apartado de la posibilidad de sumar un tercer título corrido, pese a superar la barrera de los 30 puntos y redondear una muy buena cosecha fuera de casa.
El cuadro larense dejó escapar 10 puntos de los 24 disputados en Cabudare y –muy mal negocio- perdió duelos claves frente al Anzoátegui y Caracas, lo que, a la postre, terminó por enterrar todas sus posibilidades.
Fue la diferencia. Si el cuadro crepuscular hubiese ganado ese par de compromisos, hoy estaría en la cima de la clasificación y con posibilidades intactas, a falta de una fecha para el final. Claro que –aunque los jugadores evitan utilizarlo como excusa- mucho tuvo que ver la situación de inestabilidad vivida en todo el semestre, producto de la crisis económica.
Ganar todos los partidos en el Metropolitano fue la llave para lograr la estrella en la temporada 2011-12. En esta ocasión fue diferente.
Se partió mal, comienzo en falso. Nada más en la primera fecha, con el tema de la incertidumbre económica comenzando a flotar, la tropa de Eduardo Saragó sucumbió 1-2 frente al Deportivo Anzoátegui. Era apenas el primer desafío y había tiempo para sacarse el golpe, pero, a la larga, ese resultado terminó por ser más definitivo de lo que en aquel momento se pensaba.
Luego, en la segunda presentación como local, otro golpe duro. La oncena larense cedió un empate sin goles frente al Aragua y perdió terreno importante.
El golpe más duro llegó en la quinta jornada, cuando la oncena rojinegra cayó 2-1 ante Caracas, en un partido que tenía en su poder y lo dejó escapar en el segundo tiempo con los recordados y amargos goles de tiro libre de Rómulo Otero. Ese día, aunque fuera temprano, la tropa larense perdió sus opciones de título. Posteriormente, con garra y corazón, los crepusculares hicieron respetar la casa y recuperaron terreno, pero el puntero, Anzoátegui, ese equipo del que se pensaba pincharía en algún momento por la juventud abundante en su plantilla, no bajó el ritmo en la recta final y se quedó con los máximos honores.
De todos –nadie lo cuestiona- ha sido un gran torneo para el CD Lara –que puede terminar con 34 puntos si le gana el domingo a Mineros en Puerto Ordaz- y, muy importante, está anotado, de antemano, en la carrera por uno de los boletos a torneo internacional que reparte la tabla acumulada, la sumatoria de puntos logrados en los dos torneos semestrales.
No merece otra cosa que aplausos, la plantilla rojinegra, de la que se espera, pueda mantenerse en suelo local y salir a tomar desquite en el Clausura.
Foto: Daniel Baez