El reciente triunfo de Luigi Boria, el primer alcalde venezolano en Florida, alimentó el sueño de la creciente comunidad de este país de seguir los pasos del exilio cubano, que desde hace casi medio siglo y desde Miami, conquistó puestos políticos en Estados Unidos.
Boria, millonario y pastor evangélico, es desde el miércoles alcalde de Doral, «una ciudad de 47.000 personas que quiero que sea ejemplo de modernización y más humana», dijo a la AFP el político de 54 años en una entrevista en su nuevo despacho.
Se trata de una ciudad pequeña ubicada cerca del aeropuerto internacional de Miami, donde el 79% de los habitantes son de origen hispano, y aunque los cubanos siguen siendo mayoría (35%), la diáspora venezolana que se ha asentado allí desde que el presidente Hugo Chávez llegó al poder en 1999 se ha hecho sentir con inversiones inmobiliarias y empresariales que hoy le valen el mote de «Doralzuela».
«El triunfo de Boria representa que la comunidad se está organizando y que cada día somos más, introduciéndonos de una manera efectiva en la comunidad y siguiendo los pasos de lo que en su momento hizo el exilio cubano en este país», indicó a la AFP José Colina, militar retirado y presidente de la organización Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex).
Para Patricia Andrade, presidenta de la Fundación Venezuela Awareness, entidad dedicada a la defensa de los derechos humanos de los perseguidos políticos, la figura de Boria «despierta la esperanza de la comunidad para seguir avanzando en la conquista de territorios políticos».
Pero también cree «que es un gran paso para tener un aliado que conoce perfectamente la realidad del país y será un apoyo en la lucha que vienen haciendo agrupaciones en el exterior» para que se conozcan las violaciones de los derechosdemocráticos en la Venezuela de hoy, dijo.
Para Boria «su triunfo es una mera coincidencia» que no refleja el poder de esta comunidad en el sur de Florida, donde son uno de los grupos económicos que más dividendos está trayendo al sector de bienes raíces y del comercio.
«Es claro que me he convertido en una punta de lanza para que los venezolanos se atrevan a avanzar en este país, sobre todos los jóvenes, los niños que hoy son inmigrantes que recién llegan porque desgraciadamente estamos saliendo de un país con muchos problemas, pero aún nos falta mucho», señaló Boria, quien cree estar obedeciendo un mandato de Dios sin mayores proyecciones.
Se estima que en Florida vive la gran mayoría de los más de 215.000 venezolanos radicados en Estados Unidos, donde sus líderes aseguran que la victoria de Boria es el primer paso en la conquista de espacios políticos por parte de esta comunidad.
Venezuela sólo como referencia lejana
Entre 1998 y 2011, 8.259 venezolanos han solicitado asilo político en Estados Unidos, según la Oficina de Estadísticas de Inmigración del Departamento de Seguridad Interior.
De este número, la mayoría de los asilos fueron otorgados entre 2002 y 2006, periodo durante el cual Venezuela vivió un fugaz golpe de Estado, un paro petrolero y un referéndum revocatorio contra el mandatario.
Vepexx estima que hay 7.000 asilados en Estados Unidos, de los cuales «80% de ellos viven en Doral», dijo José Colina.
«Mi objetivo es crear programas para que grupos como los exiliados venezolanos, y de otras comunidades de inmigrantes, se adapten a este sistema, y una vez que se adaptan no se van», dijo el alcalde Boria sobre esta realidad.
«Esa es la historia de mi vida», recordó este empresario nacido en Caracas en el seno de una familia italiana, que amasó su fortuna al mudarse a Miami en 1989 cuando fundó junto a su esposa una importadora de computadoras que hoy representa las grandes marcas de informática en América Latina.
Refiriéndose a Venezuela, Boria augura que «ahora van a llegar más (inmigrantes) por la situación política y económica que atraviesa el país», apuntó.
Su promesa política es hacer de Doral un lugar más seguro -el tesoro perdido de los inmigrantes latinoamericanos- desarrollar una ciclovía inspirándose en el plan urbanístico del alcalde brasileño Eduardo Paes en Rio de Janeiro y que se unan las comunidades para que aprueben su idea de «humanizar» esta ciudad que a primera vista parece un gran parque industrial atravesado por autopistas.
«Boria representa algo inédito para los venezolanos en este país, sin duda nos va a ayudar a afianzarnos para progresar aquí», comentó a la AFP Pedro Mena, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Demócrata en Miami, coalición opositora a Chávez.
La percepción generalizada de que el triunfo de Boria consolida a la diáspora venezolana en Estados Unidos, contradice los esfuerzos de diputados en Caracas por crear un proyecto de ley de amnistía para que los exiliados puedan regresar a Venezuela.
«La gran mayoría se adapta a este sistema y no quiere volver», indicó Mena, apoyándose en una encuesta realizada en febrero de este año entre los venezolanos de cinco ciudades de Florida, donde 95% dijo que con Chávez o sin él, no volverían.