#Opinión: ¿Realmente existe Dios? Por: Emigdio Castillo Aponte

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Pensar en la existencia o no de Dios nos lleva inmediatamente a pasearnos por conceptos teológicos o filosóficos que expresan en teorías la existencia de una deidad en este nuestro plano terrenal. Pero no nos proponemos en estas líneas concebir un manual teológico, sería un imposible.

Lo que pretendemos es plasmar el concepto que tiene la gente, el ciudadano común o de a pie sobre la verdadera esencia de ese todopoderoso, el que consideramos creador y dueño de esta tierra que habitamos.

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Lo primero que quisiéramos puntualizar es la diferencia existente entre la espiritualidad y la religión, la primera tiene que ver con nosotros mismos con lo que llevamos dentro, es la expresión genuina de nuestra alma, mientras que la segunda expresa la posibilidad de darle algún orden a esa espiritualidad. Por eso son conocidas las religiones en este mundo, por ordenar los principios bajo los cuales debe regirse el espíritu.

Si profesamos o no alguna religión, eso no nos exime de fijar posición particular sobre lo que entiende cada uno de nosotros, debe ser el comportamiento de un creyente. Con esa última palabra nos hemos paseado por uno de los más grandes enigmas de la humanidad, creer o no creer. El que cree posee fe, el que posee fe no está solo, además se hace acreedor de una fuerza especial que le da esa condición de creyente, creyente no es practicante, aunque uno puede contener el otro, son dos cosas distintas.

La primera referencia que podemos endosar a Dios, es el amor, es así por encima de todo, ese todopoderoso quiere que nos sintamos bien, es amoroso. Otra referencia de esa deidad es la justicia, no puede haber Dios sin justicia, de manera que ese Todopoderoso también debe ser justo. Normalmente el común de las personas se hacen interrogantes de forma, cómo ¿por qué el Dios que se nos presenta es de tez blanca? por ejemplo, teniendo esta apariencia física que ver directamente con la raza de su lugar de nacimiento, de haber nacido en África sería de tez oscura.

Otra de las constantes preguntas que se hacen muchos seres humanos con respecto a Dios es, ¿por qué mueren niños inocentes? Muchas veces esos niños vienen a este mundo a dejar un mensaje de alerta o de esperanza en algunos casos, como el reciente caso del ya angelito del Señor Dayan González, del famoso y trágico caso de Guanare. El caso de Dayan nos invita a revisar nuestras conductas frente al maltrato infantil.
Algunos otros actos, como las guerras -por ejemplo- son conductas directas provenientes de la intervención humana, única y exclusivamente. El ateísmo –la no creencia en Dios- siempre tendrá muchos motivos para refutar la existencia Divina. Otro aspecto cuestionado tiene que ver con el religioso, específicamente el eclesiástico y que en muchos casos, errores cometidos por sacerdotes o pastores, son endilgados injustamente a Nuestro Señor del cielo. No debemos olvidar que Él nos obsequia el libre albedrio, que nos permite hacer literalmente los que nos venga en gana, incluyendo hacer el mal si fuere el caso.

Otro aspecto muy mencionado, es el de las riquezas, del Vaticano por citar alguna, que incluye unos cuentos tesoros, que solo tienen valor cultural y artístico pero ninguno espiritual. Además, los bienes materiales, -posesiones económicas o de dinero- son de uso exclusivo en esta tierra, recordemos a Jesús de Nazareth el hijo de Dios, cuando expresó en su venida hace poco más de dos mil años: Mi Reino no es de este mundo. Así las cosas, debemos tener excesivo cuidado al determinar si un acto o bien es producto de la voluntad de Dios, o por el contrario es un artículo únicamente terrenal.

Dios existe, es amor. No tenemos que realizar una excesiva búsqueda para encontrarlo, tampoco por obligación se encuentra en una iglesia, puede estarlo, pero no obligatoriamente. El Señor está en la sonrisa de un niño, en la caridad que obsequiamos nosotros a quien lo necesita, Dios está en el amor de la madre, se encuentra en los hogares felices.
Pero por sobre todo, está dentro de cada uno de nosotros, y lo recordamos siendo generosos, bondadosos, honestos, sencillos y sinceros.

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