El Club Deportivo Lara se despidió de su casa con un amargo empate a cero goles ante el once del Táchira, en un duelo que los locales jugaron gran parte del tiempo con superioridad numérica.
Los dirigidos por Eduardo Saragó perdieron múltiples oportunidades de llegada al pórtico andino que fue cuidado con solvencia por el cancerbero Diego Restrepo.
Lara falló y no fue, en la mayoría de los casos, por la agilidad de Restrepo que apenas demostró un par de buenas paradas ante disparos contundentes.
Lara quedó en situación de ventaja y no la supo aprovechar. La expulsión del mediacompista de Táchira, Diego Guerrero, pudo ser la ayuda que requería el once rojinegro, pero la defensa del carrusel andino se encargó de replegar cualquier intento de ataque con posibilidad de anotación para Lara.
El balón estuvo en las piernas de los jugadores locales. Edgar Pérez Greco nunca concretó, de cabeza o por el suelo, los cinco pases que le asistió Miguel Mea Vitali o José Manuel Rey desde la larga distancia. Falló también a intención de Zamir Valoyes poco más de seis veces frente al arco. La grada suspiró, en muchas oportunidades y el canto de gol se quedó a mitad de garganta.
Hubo una anotación crepuscular, en la bota de Pérez Greco, que fue invalidada por uno de los jueces de línea en el minuto 40 del primer tiempo. Algo similar le ocurrió al Táchira, al principio del complemento, y también le levantaron la vaderilla por un fuera de lugar.
No hubo nada que hacer en el campo más allá que la constante posesión de Lara, las llegadas inconclusas y mucha pierna por parte del rival. Hubo un par de grescas, típicas de la contundencia en las entradas, para ambos equipos y el árbitro resolvió tomar la vía de la conciliación antes de llenar a los dos conjuntos de tarjetas amarillas.
El duelo de despedida del once en este torneo Apertura dejó mucho de desear. Tuvieron al frente un rival con un jugador menos y dejaron escapar un par de puntos que debieron quedarse en casa.
El incidente
La violencia se apoderó, una vez más, de la grada en el estadio Metropolitano. Un grupo de seguidores del CD Lara fueron reducidos por piquetes de la Guardia Nacional en la tribuna popular.
Desde lo lejos se observó a un efectivo militar que, en su intento de apaciguar a uno de los revoltosos, golpeó con contundencia a un joven al que vimos luego –con un chichón en la cabeza – en la zona mixta.
Intentamos abordarlo pero los barristas se lo llevaron con rapidez. Sólo alcanzó a decir que se apellidaba Contreras.
El duelo se paró, por unos minutos, porque las detonaciones de la pólvora en la grada retumbaron en todo el escenario. Los jugadores se agruparon entorno al anillo central y luego a los vestidores. La barra principal, que nunca deja de cantar en los partidos, usó la fuerza de sus voces para pedir “juego, juego” y la petición fue aceptada, no sin antes la terna arbitral tener la seguridad de que los alzados ya habían sido controlados.
Foto: Daniel Báez