Un encuentro de alegría, amor y experiencia de Dios se realizó este sábado en el Seminario Divina Pastora, en el Manzano, cuando los seminaristas compartieron junto a sus familiares y sacerdotes el inicio de la Navidad.
En detalle, el rector del seminario, presbítero Juan Carlos Guevara, explicó que la gran familia del centro de formación sacerdotal cerró por este año la fiesta del abrazo en familia, e inició formalmente la Navidad. “Quisimos integrar a las familias de nuestros seminaristas para que juntos viviéramos una experiencia de Dios. La Conferencia Episcopal Venezolana ha dado instrucciones de fortalecer el valor de la familia en nuestras comunidades”.
El sacerdote explicó que en la formación del futuro pastor, la familia juega un rol fundamental. “Con este abrazo familiar damos inicio a la Navidad”.
El encuentro de este sábado contó con la participación de grupos de Pastoral Familiar, los cuales aportaron su grano de arena para vivir un momento de sincero compartir.
La jornada inició con una oración de apertura, presentación de las familias, y la reflexión de los temas propuestos por la Conferencia Episcopal. Dios fuente de paz, La paz comienza en casa, Cuatro acuerdos para convivir en paz, El diálogo y la participación para construir la paz, fueron algunos de las temáticas abordadas por los sacerdotes, seminaristas, laicos y familiares presentes.
Posteriormente, se abrió paso al compartir entre los miembros de las comunidades de vida, quienes expresaron su satisfacción por pertenecer a la Iglesia católica.
En la celebración eucarística, un grupo de seminaristas asumió el lectorado, responsabilidad que adquieren luego de tres años de estudio de filosofía. Con el lectorado, los futuros diáconos o sacerdotes ofrecen sus servicios a la lectura de la Palabra en las eucaristías.
Igualmente, otros seminaristas asumieron el acolitado, cuya función principal es garantizar que todos los elementos estén dispuestos para la celebración litúrgica.
Respuesta de amor
Aunque Dios nos llama a todos, la experiencia es personal.
Explicó el padre Juan Carlos que a lo largo de sus once años de sacerdocio ha aprendido a discernir la voz de Dios, y a responder con amor a su llamado. “Lo único que podemos hacer es responder a Dios con fidelidad. El llamado es para todos, pero la relación con Dios es personal, con nombre y apellido”.
En este sentido, el presbítero exhortó a los jóvenes a responder valientemente al llamado del Señor, ya sea en la vida religiosa o en el seno del hogar como laicos comprometidos.
Fotos: Ángel Zambrano