La paralización administrativa de la Fundación para el Deporte en Lara (Fundela), sirvió para analizar con mayor profundidad la situación actual del músculo gestor de la segunda potencia deportiva del país.
En los días de la huelga convocada por los trabajadores comenzaron a enumerarse una serie de indicadores que apuntan hacia una situación de mucha complejidad interna de cara el ciclo deportivo a iniciarse en enero de 2013.
Fundela, como una vez lo refirió un expresidente suyo, pareciera ser hoy día un castillo de naipes que puede sufrir una debacle por el arrastre de deudas e incumplimiento en el pago de pasivos laborales que tienen una data superior a los siete años según lo confesó un directivo actual.
El colapso administrativo que asomó el movimiento sindical, por el contrario, fue usado como una carta de agitación en medio de una jugada política digna de los tiempos electorales. No obstante, parte de los reclamos se dirigían hacia un aspecto que, sin darle un valor real, exponen el estado de desvalía en el que está Fundela en el presente.
Lara experimentó un proceso de crecimiento deportivo desde el nacimiento de la Fundación en 1993 y del que se vive hasta la fecha. Se creó una estructura moderna y gracias a la organización de los Juegos Deportivos Nacionales Juveniles de 2001, las ganancias han sido imponderables para la óptica deportiva aunque, muy precarias, en otros sentidos.
La paralización sufrida es, en esencia, un síntoma colateral de lo que realmente se vive. El 2012 debió ser el año de la planificación hacia los juegos nacionales del 2013 y terminó por ser un tiempo de estancamiento.
Las gestiones gubernamentales del pasado como las de Mariano Navarro, Orlando Fernández Medina y Luis Reyes Reyes, entendieron que el deporte en la región no era improvisado y le dieron el tratamiento real. La actual dio un giro importante en este sentido al colocar en la silla del despacho de la Calle 40 a gerentes por compromiso político y, ahora, se siente en el ambiente que la potencia deportiva regional va en una dirección incierta.
Y es que no se trata de un argumento hueco sobre una metáfora o frase hecha. Por el contrario. El despido de funcionarios, directores y especialistas en puestos claves dentro de la organización, que se dio en diciembre del 2011, coincidió con el mejor resultado histórico de Lara casi más de tres décadas de presencia en juegos nacionales. Son hechos y no palabras.
Redimensión
Zulma Torres de Melo, presidenta de la fundación entre 1996 y 1999, no admite una desaparición institucional pero advierte que la raíz del problema se tiene que atacar, ya, para evitar lágrimas en el futuro.
“Eliminar Fundela sería dar un nuevo problema administrativo por la cantidad de dinero que se debe usar en su liquidación. Lo que sí se debe es redimensionar. Hay que hacer un análisis profundo para tomar lo mejor y corregir las fallas estructurales presentes. Lara tiene una gran dirigencia en sus asociaciones porque han crecido y es una fortaleza poco explotada hasta ahora”, dice.
La avezada gerente tiene una postura muy clara de lo que representa “el deber ser” en el mundillo de la planificación deportiva. Avista un ciclo lleno de éxito, siempre y cuando, en función se haga un plan estructurado para ello.
“En Fundela todos se identifican con los valores deportivos. El personal de transporte, los administrativos, hasta el personal de mantenimiento, sin hablar del resto. Eso se debe aprovechar porque se tiene el material humano que quiere lo mejor para el resultado deportivo”, agregó.
Julián Garrido, quien llevó el timón de la casa del deporte entre 1999 y 2005, no se explica la actual forma de regencia de este despacho.
“Si una gerencia fue exitosa en un año no debe ser cambiada. No hay forma de buscarle lógica, no es racional, haberla despedido a toda después de eso. No se entiende lo que se hace. El deporte es complejo y científico. Aquí no cabe eso del como vaya viniendo vamos viendo. No cabe la improvisación”, dijo.
Garrido expone razones como planificador. Dice que en la región se deben ofrecer todas las herramientas para sacar el mejor resultado deportivo y eso va muy en sintonía con las líneas de acción de Fundela, las mismas que se mantienen desde 1993, del camino que se ha desviado.
“Fundela tiene un talento humano provechoso. Los actores decisorios actuales no fijan planes e impiden que quienes están adentro puedan desarrollar sus estrategias para cumplir con lo que deben hacer. Aquí el deporte es otra cosa, otro perfil. Por el simple hecho de gustarte el deporte o seguir el béisbol de grandes ligas no es indicativo de que puedes ser el presidente”, lanza.
En la mente del dirigente siempre está viva la pregunta del por qué Lara se mantiene como segunda potencia deportiva y, sin mucho vacilar, de inmediato se responde.
“Hay que planificar y buscar en conseguir metas y objetivos. Para ser primeros requerimos del dinero, no este año, sino todo el tiempo, llevado de una buena gerencia y planificación”, finaliza.
Juegos del 2013
El nuevo calendario deportivo indica que entre agosto y septiembre del año próximo se realizarán los juegos nacionales para atletas juveniles y, también, en 30 disciplinas del programa olímpico sumados el béisbol y softbol. Muchos ven positivo este cambio de formato que trastoca la planificación de más de 60 asociaciones deportivas.
“El país no se va a desarrollar si, por ejemplo, en unos juegos nacionales seguimos teniendo a Daniela Larreal en competencia. Es un éxito que retomen la categoría juvenil y para el desarrollo porque ese es el objetivo de los estados: producir talentos que alimentan las selecciones nacionales”, dice Julián Garrido.
Zulma de Melo, también, asiente positivamente el cambio en el sistema deportivo actual.
“Los juegos siempre debieron ser juveniles. Esta es la única forma de crecer como estados, de ser potencia deportiva nacional y dar mejores pasos hacia el futuro. Es una maravilla”, agrega.
Asunto de dinero
Fundela tiene otra carencia estructural y no es más que la constante fuga de talentos. Muchos de los que aquí se forman terminan por marcharse ante la negativa de obtener una solución a sus necesidades.
Y la razón de eso se debe al tabulador creado para otorgar becas a los atletas regionales. Un competidor fijo en la selección local recibe 400 bolívares fuertes mensuales. Si integra el equipo nacional se le incrementa a 700 y, de llegar a competir en suramericanos, panamericanos o mundiales, le tocan cifras de 900, 1.200 y hasta 1.500 bolívares mensuales para cada nivel.
Los atletas olímpicos están en otra categoría. Reciben la ayuda económica de 3.000 bolívares mensuales.
Sin embargo los del último escalafón apenas son ocho, los miembros de selecciones nacionales no llegan a 120 y el común denominador, entonces, se lleva 400 bolívares para su casa.
Huelga sin fondo
Los asuntos sindicales marcaron una gran diferencia en la razón y ser de estos movimientos sociales. La paralización, como tal, fue el punto máximo de una lucha que -en el fondo- no quedó muy clara, incluso, para los mismos involucrados.
Cerca de 320 trabajadores fijos y unos 90 tercerizados, progresivamente ejercieron acciones que iniciaron como huelga de brazos caídos, pasó por la toma de calles y finalizó con el cierre de las instalaciones deportivas en la región.
Las exigencias de los involucrados giraban en puntos básicos: pago de aguinaldos, homologación de cesta tickets, cancelación de la diferencia del salario mínimo por el aumento presidencial y pago de bono de vacaciones.
Funcionarios de administración de la Gobernación de Lara sostuvieron una reunión con el sindicato y les manifestaron que pagarían el bono de diciembre y la diferencia del cesta ticket a finales de noviembre, algo que se cumplió.
También les indicaron que no podían asumir el pago de aumento presidencial porque esa partida debe llegar por la vía del Ministerio de Finanzas y el Ejecutivo Nacional y, hasta el momento, se les aprobó el dinero más nunca se le ha dado liquidez al recursos económico por razones que no desconocen.
El reclamo final de los trabajadores era la situación de atraso de Fundela ante el Seguro Social (IVSS) y la Ley de Vivienda (Banavih) a lo que la directora de administración de Fundela, Moraima Pérez, respondió con mucha claridad.
Explicó que los descuentos se hacen a los trabajadores pero la fundación tiene un atraso desde hace mucho tiempo, desde administraciones pasadas incluso, y eso no les corresponde totalmente a ellos. El sistema de ellos (IVSS y Banavih) no permite hacer pagos separados de trabajador y patrono. Existe el dinero de los beneficiarios aunque por distintas razones lo que le corresponde aportar a Fundela no se ha visto.
Al final de cuentas el sindicato montó una huelga con todo el respaldo de la masa trabajadora aunque sin una base sólida de reclamo. En el tercer día de las paralizaciones se les ofreció una solución que, tras analizarla por cinco fechas, fue aceptada sin levantar revuelo.
Fotos: Luis Salazar/Archivo