Quien por alguna razón llega de visita a la capital de la parroquia Cecilio Zubillaga se percata inmediatamente que se trata de una población abandonada por completo desde la Alcaldía de Torres.
Basta recorrer la vía de entrada desde la carretera para constatar que a las autoridades municipales se les ha olvidado que La Pastora pertenece a ese municipio y como tal merece atención a sus problemas, comenzando por el de la vialidad.
Debido al permanente paso de camiones o gandolas cargadas con la caña de azúcar que es molida en el central, además de otros vehículos, ese tramo vial está convertido en un simple camino, prácticamente intransitable.
Hasta ahora la alcaldía no se ha puesto de acuerdo con los directivos de la factoría para, de manera conjunta, llevar a cabo una recuperación plena de ese tramo de menos de tres kilómetros que por el tránsito pesado requiere una base más consistente que requiera ese uso extremo.
Pero en La Pastora no sólo está en malas condiciones la entrada sino todas las calles.
“Aquí en La Pastora nos quedamos sin calles hace mucho tiempo y desde la alcaldía no se ve ningún interés en recuperarlas”, dijo Alexis Briceño, uno de sus habitantes.
Al preguntarle sobre los sectores más críticos su respuesta no deja ninguna duda.
“Todos, porque en La Pastora no sirve ninguna calle. Ninguna tiene asfalto, pero sí muchos huecos, zanjas y cráteres por donde no pueden pasar los carros”, afirmó.
En su denuncia le apoya Enyarmery Riera, otra vecina preocupada por la falta de atención al poblado por parte de la alcaldía.
“Por ninguna parte se puede pasar ya y a nadie le preocupa eso”, indicó.
Ambos acompañaron a los periodistas en un recorrido por la población, pudiendo constatar la realidad de la situación.
En algunos sitios resulta imposible pasar en determinado tipo de vehículos; apenas se puede transitar en los de doble tracción o camiones, además de las motos, pues las hondonadas son muy profundas y extensas.
Pero en La Pastora, por cuyos alrededores corren ríos y quebradas, también confrontan el problema de la falta de agua.
“Tenemos que pararnos a las dos de la mañana a coger un poquito porque sólo llega de noche”, dijo.
Afortunadamente el central azucarero donó un tanque elevado que está siendo instalado en el sector Palmira, al este, con el que se beneficiarán unas 700 familias de la zona, incluyendo las comunidades Las Brujitas y Francisco de Miranda.
Sólo falta que Corpoelec instale la acometida para que funcionen las bombas que le llenarán y de esa forma se acabarán las dificultades de todas esas familias para recibir el líquido vital.
Alexis Briceño también expresó su preocupación por la falta de insumos en el ambulatorio de La Pastora, que dispone de médicos y enfermeras pero carece de medicamentos para brindar una completa atención a las personas que acuden, sobre todo las procedentes del área rural, los de menos recursos.
Este fin de semana la gobernación realizó un operativo de salud que muchos aprovecharon para aliviar sus males.
En general, toda la parroquia Cecilio Zubillaga implora le atiendan sus necesidades para que sus habitantes dejen de padecer por la falta de los servicios públicos elementales en cualquier comunidad.
Fotos: Luis Salazar
