El escolta Rafael Guevara, quien no pudo viajar a Brasil para jugar con los Tiburones de Vargas la segunda fase de la Liga Suramericana (LSB) debido a molestias en la parte baja de su espalda, conversó con EL IMPULSO vía telefónica desde Caracas para aclarar dudas sobre su situación física y anunciar que espera estar en Barquisimeto, “entre el lunes 3 y el martes 4” de diciembre.
“No fui a Brasil por una lesión que sufrí en las semifinales de la Liga Nacional contra Bravos. He tenido un exceso de trabajo entre prácticas, juegos de las dos ligas y subir y bajar a diario de Caracas a La Guaira que me ha causado inflamación en la parte baja de la espalda. La molestia no me dejaba jugar”, explicó el fino escopetero de 33 años de edad.
“El doctor Juan Letizia, quien me ha tratado a lo largo de mi carrera, me recomendó que me quedase tranquilo, que requería descanso y reposo y por eso tomé la decisión”, aseveró. Ha realizado terapias y afirma sentirse “mucho mejor”, tras recibir tratamiento de ondas de choque, calor y frío, ligas y hasta ejercicios en piscina. “Ya estoy fortaleciéndome”.
Afirma que aún no se ha comunicado con Alejandro Alayón y Adrián Guerra, personal a su disposición en Guaros de Lara para las lesiones y la preparación física, pero espera hacerlo al llegar a Barquisimeto.
“Hay algunas diligencias personales que era necesario realizar, como la renovación de mi pasaporte y también cobrar un dinero que aún no me ha cancelado los Tiburones de Vargas”.
Guevara, quien llegó a Guaros procedente de Bucaneros de La Guaira en una transacción que involucró al alero Jackson Zapata, indicó que se comunicó con Tomás Morris, gerente deportivo y también con Heissler Guillent. “Estoy a la espera de que se resuelva lo pendiente de mi contrato con Tiburones para poder dejarle el sustento a mi familia e ir enfocado a trabajar duro para los Guaros y la afición en Barquisimeto”, expresó.
Anoche se produjo el arribo del alero John Millsap a Barquisimeto y hoy llegará el escolta Edgar Lugo, desde República Dominicana.
Foto: Luis Salazar/Archivo