Un grupo de familias llegó hace más de siete meses a un terreno enmontado al sur de la capital del municipio Morán, en el sector San Antonio, con la esperanza de poder contar con un techo propio donde refugiarse y así terminar su peregrinaje por casas de amigos o parientes en condición de arrimadas.
Durante los primeros días tuvieron que resistir a los intentos de desalojo por parte de la alcaldía de Morán o por los militares ubicados en las cercanías.
Finalmente las autoridades accedieron a que esos grupos familiares, aproximadamente 130, se ubicaran en ese terreno y formaran una comunidad.
Pero a siete meses de esa posesión aún esas familias no cuentan con ninguno de los servicios indispensables para una vida digna.
Vilma de Juárez, una de las habitantes del barrio Primeramente Dios, explica que ese nombre representa mucho para todos pues están encomendados al Supremo Creador para que les ilumine.
“Aquí nos falta de todo; agua, luz, que las tomamos nosotros mismos, y calles, porque las existentes no pueden llamarse de esa manera ya que son simples caminos, algunos de los cuales permanecen intransitables”.
Dijo que han hecho las respectivas peticiones en la alcaldía, Corpoelec e Hidrolara pero hasta ahora no llegan las respuestas que esperan sean positivas algún día.
Vilma afirmó que se vieron en la necesidad de ocupar ese terreno luego de esperar infructuosamente las casas dignas que les prometieron hace más de un año.
También aclaró que quienes se ubicaron en el barrio Primeramente Dios lo hicieron luego de un riguroso censo a través del cual se comprobó su necesidad de vivienda.
Insistió en la necesidad de que les instalen la energía eléctrica de forma directa pues el sistema de cableado del cual disponen no es el más óptimo y por lo tanto son constantes los apagones que traen como consecuencia daños y hasta pérdidas totales de los aparatos de los hogares.
Y en cuanto al agua, igual, porque actualmente confrontan muchas dificultades para obtenerla, debiendo conformarse con la que les suministran con camiones cisternas.
“Pero que nos arreglen esas calles para que los carros puedan entrar sin problemas, sobre todo los que nos traen los alimentos o el agua”, dijo la señora de Juárez, convertida en una bodeguera en la que vende algunos artículos de primera necesidad.
Con relación al problema de la falta de agua, el luchador social Antonio “Gato” Mendoza explicó que en la parte alta, a poca distancia de la barriada, existe un tanque con capacidad suficiente para suplir las necesidades de todas esas familias.
Cree que con un poco de interés por parte de quienes dirigen la Alcaldía de Morán o Hidrolara esas 130 familias podrán disponer del líquido vital que allí se deposite.
“Estas son familias interesadas en consolidar una comunidad organizada, sin ranchos, que merecen ser protegidas por los organismos oficiales a los que corresponda; lo que falta es solidaridad con ellas tomando en cuenta que allí residen muchos niños”, dijo Mendoza.
Fotos: Ángel Zambrano