Hugo Chávez arribó a La Habana la madrugada del miércoles para someterse a un tratamiento de oxigenación hiperbárica, en un hermético viaje que volvió a desatar especulaciones sobre si el mandatario convaleciente de cáncer tendrá la fuerza necesaria para hacer irreversible el socialismo en Venezuela.
Tras casi dos semanas de haber estado ausente de la luz pública, el militar retirado de 58 años que logró en octubre una nueva reelección, anunció el martes mediante una misiva que se sometería a “varias sesiones de oxigenación hiperbárica” en Cuba.
No detalló su fecha de retorno a Caracas
El diario cubano Granma confirmó la llegada de Chávez a La Habana, sin mostrar imágenes, a diferencia de oportunidades previas cuando los medios estatales de Venezuela y de Cuba mostraban la partida y llegada del carismático líder en vivo y en directo.
“La enfermedad del presidente es un asunto de Estado y el país tiene derecho a conocer exactamente cuál es la gravedad, cuál es el alcance, cuál es el pronóstico de vida y cuál es el tratamiento”, dijo el dirigente opositor Henry Ramos Allup.
La terapia hiperbárica es un tratamiento de inhalación de oxígeno a altas dosis por períodos cortos y bajo presión dentro de una cámara presurizada, aplicada con frecuencia a pacientes que han sufrido el debilitamiento de sus huesos y otros tejidos tras haber sido sometidos a radioterapia.
“Se usa en conjunto con la radiación para erradicar los tumores y reducir su tasa de crecimiento”, dijo Adolfo González, presidente de la Sociedad Venezolana de Medicina Hiperbárica.
Medios venezolanos replicaron un supuesto informe médico entregado a los tratantes cubanos en el que se señala que a Chávez se le aplicará “una terapia para el dolor”, y donde se destaca que su estado físico es “normal” y su estado anímico “bueno, pero con períodos de depresión variables”, con pérdida de peso, náuseas y dolores abdominales.
