Una hora bastó para que la comunidad educativa del Liceo Bolivariano El Cují se hiciera sentir y lograra ser escuchada por los funcionarios de los cuerpos de seguridad. Ese fue el lapso que duró trancada en ambos sentidos la intercomunal Barquisimeto Duaca, o vía principal El Cují – Tamaca, principal arteria que comunica al norte con el centro de la capital larense.
“Unidos por la seguridad” fue el lema de la acción emprendida por docentes, estudiantes, padres y representantes, como una medida desesperada y radical ejecutada con el fin de frenar la violencia que ha impedido el desarrollo del primer lapso del año escolar en curso.
Todos coincidieron en denunciar que no han acumulado un mes continuo de actividades académicas.
“No hemos podido completar cuatro días seguidos de clases, por los constantes ataques a la infraestructura y a las personas que hacemos vida en el plantel… por eso clamamos por seguridad”, expresaron los estudiantes que no pueden ser identificados porque no cuentan con la mayoría de edad, quienes al mismo tiempo expresaron su preocupación por la posibilidad de perder el primer lapso académico y reducir su promedio académico.
“Todos los días es lo mismo, queremos estudiar pero las clases se suspenden por las piedras, los incendios y los fuegos pirotécnicos… querían cambio de director y eso ya se hizo, pero siguen en lo mismo”, acotó otra estudiante.
Hace unos 15 días los medios reseñaron actos vandálicos que destrozaron parte de la infraestructura del plantel y pese a que lo sucedido fue denunciado públicamente, y es del conocimiento de las autoridades educativas y de seguridad, la situación sigue siendo la misma. La semana pasada el liceo fue atacado a piedras en dos oportunidades.
Ante la falta de respuesta y de resguardo, los docentes se niegan a dar clases, pues temen por sus vidas.
Problema recurrente
Los padres y representantes que conversaron con este rotativo coincidieron en señalar que la violencia está presente en el liceo desde hace unos tres años.
Dijeron estar cansados de escuchar promesas de todos los organismos, incluso de la fiscalía, sin que la situación mejore. Maryori Figueroa y Karina Valderrama, ambas representantes, manifestaron sentirse engañadas. “Hemos ido a todas las instancias competentes y no nos dan respuesta”, acotó María Peña.
Son muchas las reuniones que se han realizado en el plantel para solventar los problemas, incluso les prometieron ejecutar un plan preventivo que nunca se consolidó.
Durante la protesta, el director del plantel conversó con los funcionarios de Polilara y la Guardia Nacional quienes hicieron acto de presencia, con el fin de establecer un acuerdo que se tradujo en la promesa de realizar entre cinco y seis recorridos diarios por el liceo. Al final la comunidad educativa aceptó la promesa y decidió abrir la avenida, con la advertencia de que volverán a cerrarla si la policía no cumple.
“Desde el 6 de noviembre estamos pidiendo apoyo y no nos ha llegado; todos prometieron ayudar y no volvieron, pese a eso decidimos retomar las clases y fuimos atacados… presumimos que en los hechos actúan grupos internos y otros ajenos al plantel, hay personas que saben quiénes son pero tienen miedo de hablar”, relató el director.
Fotos: Dedwison Álvarez