El encuentro sobre Ciudad y Desarrollo que organizó el programa de Desarrollo Humano, coincidió con la celebración del 50 aniversario de la UCLA y la graduación de la primera promoción de una carrera que es única en Venezuela
El auditorio Ambrosio Oropeza de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), fue el escenario para el foro Ciudad y Desarrollo Humano, en el cual se generó un espacio para la reflexión sobre el papel de las ciudades, así como los desafíos y perspectivas que se proponen en procura de proteger el derecho de las actuales y futuras generaciones a llevar una vida plena y saludable.
Esta actividad la organizó el programa de Desarrollo Humano y se efectuó con la participación de ponentes como Maritza Rangel de la Universidad de Los Andes, Jesús Canelón (UCLA), Ángel Hernández de la Universidad Central de Venezuela, Josefina Baldó de la UCV), María del Socorro Escalona de la UCV, Liana Bustillos de la UCLA, Mauricio Iranzo de la UCLA Alberto Fréitez, jubilado del Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor y Alexis Guerra de la UCLA.
El doctor Mauricio Iranzo, director del Programa, explicó que con este último evento se cerró el ciclo de Encuentros sobre el Desarrollo Humano, que se planteó desde el Decanato de Humanidades y Artes de la UCLA, como actividad especial que se dirigió este año a todos los estudiantes y profesores de esta carrera.
Es importante destacar que el evento coincide con la celebración el 50 Aniversario de la Universidad y con la graduación de la primera promoción de una carrera única en Venezuela.
La reflexión sobre los puntos discutidos en dicho curso, sirven de insumo para el establecimiento del Índice de Desarrollo Humano de acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pero desde la Licenciatura en Desarrollo Humano de la UCLA observamos que es preciso caracterizar ese territorio, en cuanto a sus actividades socioeconómicas predominantes, ya que la forma y naturaleza de los procesos de ocupación por parte de la población, sea para lo urbano o lo rural, ha condicionado de manera importante el acceso tanto a la calidad de vida que detentan como a las posibilidades de su correspondencia con la condición humana.
Esto quiere decir que debemos abordar la dimensión territorial del desarrollo, insertarla desde lo local en los procesos de toma de decisiones asumidas por el poder público en la formulación de planes y proyectos, y coadyuvar en la incorporación de la participación de lo privado y lo comunitario a través de la concertación, propósito fundamental de los profesionales del desarrollo humano, facilitando simultáneamente la construcción de capacidades, por lo que la organización del Foro “Ciudad y Desarrollo Humano”, tuvo ese objetivo, mediante la convocatoria de expertos en esta materia que aportaron sus experiencias, de adelantar un diálogo sobre los desafíos y perspectivas de adoptar un enfoque de esta naturaleza.
Ante la improvisación se impone la autoconstrucción informal
El director del Programa de Desarrollo Humano de la UCLA igualmente mencionó que durante la actividad se hicieron reflexiones que sirvieron como antecedentes, específicamente, en el caso de los ámbitos urbanos, es decir, de las ciudades en sentido amplio.
Se planteó como en Venezuela los centros urbanos han sido víctimas de su condición de aglomeraciones surgidas sin planes integrales ni previsiones suficientes, acotó.
Ante ese tipo de situaciones se impone inevitablemente desde la población afectada y a la vez propiciadora de la improvisación, comprendida por lo menos por un 50% de sus habitantes, la práctica de la autoconstrucción informal, por una parte, y del reclamo colectivo inmediatista, por la otra, lo cual facilita el abordaje manipulado y clientelar de los problemas por parte de los intereses políticos, traducido en respuestas mediatizadas a sus demandas, por lo que terminan encarando finalmente, con su frustración, a quienes administran el interés público.
-Sin embargo, también quedó expuesto como, compartir el hábitat en su dimensión territorial, puede inducir a la complementariedad a través de organizaciones que han marcado pauta en Venezuela, así como puede facilitar el desencuentro, especialmente cuando se han trastocado valores e irrespetado procesos mediante prioridades ajenas a la identidad y a la cultura local, en la cual podrían existir capacidades para concebir un desarrollo basado en el ser humano que, animado desde su capital social, conformado por la confianza y la reciprocidad, representaría oportunidades que pueden trascender el ámbito estrictamente urbano.
Explicó Iranzo que para que las sociedades locales asuman su propio destino, dentro de los márgenes del Estado – Nación y en ámbitos delimitados como resultado de procesos sociopolíticos abiertos donde se transfieran poder y competencias, la colectividad debe identificar en sus propias dinámicas los factores de poder que le son propios (conquistados, construidos y hasta heredados), para aprovechar sus potencialidades.
Egresan de la UCLA primeros licenciados en Desarrollo Humano
Ilustración : Archivo
