Lady Gaga «engatusó» a unos 40.000 fans en un concierto, el último en Sudamérica, que brindó en Asunción el lunes, en una noche de impresionante energía desplegada por la Diosa del Pop en el Jockey Club de Paraguay.
En un show de luces, coreografía, músicos prodigiosos, poderoso sonido y la estupenda voz de la artista estadounidense, los paraguayos tuvieron la oportunidad de observar uno de los mayores espectáculo audiovisuales del año en la capital paraguaya.
Con su espontaneidad y carisma Lady Gaga conquistó a través de su arte hasta a muchos de sus acérrimos críticos, que la censuran en el país por el uso de los símbolos religiosos del cristianismo.
Aunque como en el resto de los lugares donde actuó, la artista, de 26 años, dejó a su paso una estela de polémica y enfrentamientos entre sus defensores y detractores.
La «Mother Monster» presentó en Paraguay su show «The Born This Way Ball», título de su gira mundial que reunió a miles de «fans» en varias capitales de América Latina.
Basada en una infraestructura que trata de emular a Broadway, el espectáculo despliega en un escenario magnífico la «Haus of Gaga», un castillo de unos 20 metros de altura y 30 de ancho, por donde se desplazan otra veintena de bailarines y músicos.
Con su gracia, la artista llenó la grandiosa escenografía con su música y su interlocución permanente con el público, sin dejar que el espectáculo decayese en ningún momento.
Así, durante dos horas la diva impresionó con «Highway Unicorn», «Government hooker», «Born This Way» y la polémica «Black Jesus + Amen Fashion», que tanto debate ha generado y que ha despertado el interés de los más ortodoxos para analizar su contenido.
«Mis pequeños monstruos»
La diva saludó a sus seguidores llamándolos «mis pequeños monstruos» y provocó el delirio con «Bloody Mary» y «Bad Romance».
«Soy de ustedes. Compartimos costumbres, esperanzas, sueños y un futuro mejor», dijo antes de interpretar otro controvertido tema: «Judas», armada de una ametralladora de juguete para exhibir toda su energía recorriendo el escenario de punta a punta.
«Estoy feliz, encantada de estar en Paraguay para cantar. Comprendo que gastaron bastante para estar conmigo hoy», afirmó la diva.
«¿Quién tiene que trabajar mañana?», continuó. La mayoría levantó la mano y ella respondió en su estilo desenfadado: «Me importa un car…, quiero que canten y bailen y que mañana tengan la peor resaca de su vida».
La cantante hizo ondear una bandera de Paraguay, que le había lanzado el público, antes de interpretar las muy movidas «Telephone» y «Heavy Metal Lover», incitando a la gente a saltar sin parar.
Como hace habitualmente en su espectáculo, la diva del pop hizo alusión a la libertad sexual y alentó a los homosexuales a ser «valientes» y asumir su condición. «Yo solo quiero ser como soy: heterosexual, gay, transexual», afirmó.
A la popular cantante le llovieron también prendas íntimas de hombres y mujeres.
Finalmente interpretó «Papparazzi» y luego «Edge of Glory» antes de despedirse: «Muchas gracias. Los amo. Lo siento, me tengo que ir», dijo.
Pero los fanáticos le pidieron más hasta que sentenció el espectáculo con «Marry the Night» mientras el castillo se abría completamente para el apoteósico final. «Mis pequeños monstruos: los amo», repitió y se fue.
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