El organismo que los administra, no tiene capacidad para desembarcar y entregar la mercancía a sus legítimos dueños
Tampoco se ha registrado la expansión portuaria requerida, ante crecimiento de la demanda
La falta de planificación y la ineficiencia operativa de los organismos que tienen en sus manos el control y la administración de los puertos nacionales, parecen ser las principales razones para que en estos momentos, faltando pocos días para que comience el mes de diciembre, la mayoría de los buques que traen la mercancía navideña, están varados en las radas portuarias a la espera de un puesto para atracar y comenzar a descargar.
El Ejecutivo, ante el clamor generalizado de los distintos sectores afectados, tales como los importadores de pinos canadienses, productos de consumo en navidad como aceitunas, alcaparras, panetones, turrones, juguetes, perniles, uvas y manzanas, que en estos momentos incluso temen perder las divisas invertidas en la adquisición de estos productos, de mantenerse el colapso portuario, ha anunciado un plan de contingencia, que en las primeras cambio no ha dado los resultados esperados, porque el problema sigue latente.
Por supuesto que el problema de ineficiencia de los puertos venezolanos, es un problema que se viene arrastrando desde hace varios años, toda vez que el país ha seguido creciendo, han aumentado las importaciones, las cuales pasaron de los US$ 8.000 a 12.000 millones hace un par de décadas, a US$ 40.000 y 50.000 millones en los años 2010 y 2011, mientras que la infraestructura portuaria sigue siendo la misma, por cuanto no se realizaron las inversiones en su momento, de allí que se esté viviendo con los puertos, la misma situación que enfrenta la Nación con la crisis del Sistema Eléctrico Nacional.
En estos momentos entre las principales características que se registran en todos los puertos nacionales, destacan períodos muy largos para la nacionalización de la mercancía; muy baja productividad en la movilización de contenedores y de descarga de productos a granel; se ve como normal la acumulación de contenedores llenos en los patios de los puertos; ausencia total de coordinación entre las autoridades competentes, que resultan en inspecciones redundantes y demoras en los procesos de nacionalización; se registra inconsistencia y falta de uniformidad en los procedimientos; se evidencia la ineficiencia de los equipos y falta de mantenimiento en cuanto a movilización y pesaje; son notables las deficiencias en las plataformas tecnológicas y de administración, en casos como facturación y localización de carga, entre otros y, lo más grave, una total inseguridad que se refleja en los robos y daños a los buques y a las cargas.
El Ejecutivo que en estos momentos está con el agua al cuello, por el problema de los puertos ordena, con la finalidad de acelerar el proceso de descarga y nacionalización de las mercancías en puertos, la prolongación de los horarios de los bancos que operan en las zonas portuarias; se amplió el permiso de circulación de vehículos de carga pesada con mercancía perecedera a todo tipo de carga, incluyendo el retorno del contenedor vacío; se garantiza la plena operatividad de los puertos las 24 horas del día, durante toda la semana. Lamentablemente, el primer día de entrada en vigencia este plan de contingencia, solamente fueron procesadas las mercancías de 18 contenedores, cuando hay más de 12.000 que están en los barcos en espera, lo cual resulta muy poco esperanzador para quienes realizaron las importaciones.
Barco parado no gana flete
El problema se hace más agudo para algunos sectores que están esperando la llegada de materias primas e insumos, para poder continuar adelante con sus procesos de producción o mantener la actividad que realizan, por cuanto se registran casos de barcos que al no poder permanecer esperando para atracar en las radas de los puertos nacionales, debido al congestionamiento, han descargado las mercancías en puertos de países vecinos, por cuanto tienen que cumplir con importadores de otros países, que también esperan sus mercancías, y tienen puertos que funcionan con eficiencia, a la espera de que les avisen cuando pueden descargar en los puertos nacionales.
Por supuesto, hasta el momento las autoridades de Bolipuertos, no han anunciado los mecanismos para resolver problema tan complicado; sin embargo, los agentes aduanales ha señalado que la principal responsabilidad en cuanto al colapso de los puertos del país, es en primer lugar de la dependencia que tiene en sus manos su administración, por cuanto afirman que carece
de planificación operativa y administrativa, además no tiene la capacidad para descargar las mercancías y entregarla a sus legítimos importadores.
Aseguran que antes de que el Estado asumiera la administración de los puertos, también se registraron repuntes en las importaciones y congestionamiento portuario; sin embargo, los trámites administrativos que se deben hacer para la nacionalización de las mercancías eran fluidos y los procesos funcionaban eficientemente.
Denuncian que en estos momentos, la capacidad operativa del puerto de la Guaira es de apenas un 35%, es decir que no está en capacidad de atender eficientemente el proceso de carga y descarga de mercancía. Asimismo, señalan que la unificación de las plataformas tecnológicas de las aduanas marítima y aérea en Vargas, se ha convertido en un verdadero problema, indicando que en los últimos tres meses no han podido hacer sus tramitaciones en el tiempo real, por lo que el panorama portuario se muestra lúgubre y oscuro.