Desde varios puntos de vista se podría realizar una investigación, un pienso, o cualquier otra cavilación que podría ser de interés para un sin número de personas, habitantes, vecinos y hasta militantes de una organización. Cuando esa investigación requiere una ejecución, podría estar bien o mal, pero sólo con el éxito podrían zozobrar elogios, o puede llegar un vivo y entrometerse en ese éxito…
Este mal ha sido un ritornelo en la política venezolana, que se ve influenciada por este mustio intolerable y pernicioso. Pongamos un ejemplo, imagínense que un grupo nutrido de personas formara una organización política, la misma tendrá un carácter nacional, sus autoridades definidas; pasa un periodo electoral y la misma alcanza un nivel de votación aceptable. Llegan unos duchos históricos en la materia, con una organización que podría definirse en decadencia, adjuntado a una momia, un criticón y un persuasivo por ejemplo, los mismos pasan por encima de toda la base, se imponen, y se la tienen que calar… ¿esto es justo?
Según el Diccionario de la Real Academia Española, en una de sus acepciones, democracia significa “Participación de todos los miembros de un grupo o de una asociación en la toma de decisiones”. Si aplicamos esto a lo anteriormente referido, ¿esto es democracia?, es esta la mera decisión del compendio de personas que protagonizaron un hecho inédito, que representaron el crecimiento de su organización y luego “au revoir” con ustedes… ¿se lo merecen?
Basado en esto, que podría espetar a muchos, podrían ellos expresarse de democracia si se aplica una dedocracia, si el método de imponer nunca pasa de moda y se la aplicamos a rey mundo y todo el mundo pues de que vale abrir espacios si los mismos los cierran, en contra de tu voluntad, es decir se aplicara el mutismo y caso cerrado.
Esta crítica que tiene diversas aristas puede servir a todos los que hacemos vida política en este País, Estado y Municipio, a nuestros amigos rojos, y nuestro Presidente Constitucional; también a los miembros de los factores democráticos que demostramos estoicismo a pesar de las dificultades que tenemos, de todas las vicisitudes, saldremos airosos en este nuevo periplo electoral donde reelegiremos a nuestro gobernador y los diputados que verdaderamente se comprometan con la población.
Concluyendo, quiero hacer alusión a una reflexión realizada por un señor que a mi criterio, es una persona muy sabia e inteligente, y que pudo haber sido un gran Presidente, Enrique Tejera Paris: “Solo que si nuestras obras públicas son de concreto armado, nuestras instituciones parecen construidas con bahareque y el tiempo las erosionan”.
#Opinión: Crónica de una muerte anunciada. Por: Carlos Constantino Silvestre
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