Al conocerse que la doctora María Lourdes Afiuni estaba presa en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF); el secretario general de la Organización Mundial contra la Tortura, cuya sede está en Ginebra y es un organismo de las Naciones Unidas, me pidió que yo, como miembro de esa institución, la fuera a visitar para ver en qué condiciones se encontraba la jueza, dio a conocer el Dr. Diego Arria al ser entrevistado por EL IMPULSO.
Esa solicitud, expuso el conocido abogado, economista y diplomático, me fue hecha porque ya se tenía información en esa organización de que la jueza Fiuni estaba siendo sometida a abusos y torturas.
Efectivamente, después de iri al INOF y hablar con la directora, Isabel González, si la memoria no me falla, declaré que si esa funcionaria se hacía cómplice de lo que pudiera acontecerle a la Dra. Afiuni.
Evidentemente, cuando un jefe de Estado condena por televisión a 30 años a una jueza, está cometiendo un hecho muy grave porque él no es juez.
Hay algo peor aún: el Presidente dijo “Si Bolívar estuviese vivo la habría fusilado”.
En mi opinión, lo que quiso decirle a los carceleros fue: ustedes pueden hacer con la jueza lo que ustedes quieran.
Abrió las puertas a todos los actos inconfesables, como los que efectivamente sucedieron.
Eso indica que la responsabilidad personal del señor Hugo Chávez es absoluta, porque cuando uno hace un acto de esa naturaleza evidentemente da luz verde a todas las barbaridades y abusos.
Curiosamente, el caso de la jueza Afiuni ha tenido más repercusión en el mundo que lo que ha tenido hasta ahora en Venezuela.
En todos los organismos de derechos humanos, ese caso ha sido considerado como uno de los abusos más graves cometidos por un jefe de Estado.
Considera el Dr. Diego Arria que los hechos de violación son repudiables en todo el mundo y mucho más cuando ocurre con una persona que ha sido privada de su libertad.
Para una mujer admitir que ha sido violada es uno de los actos de más absoluto dolor, justamente por lo que eso significa.
El hecho de que se hayan atrevido a declararlo es como una descarga emocional.
El señor Chávez ha hecho cómplice de esta maldad a una legión de militares, jueces, fiscales, que han actuado como pandilla para cometer ese delito de haber castigado a una persona injustamente.
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