La alergia a la proteína de la leche de la vaca o lactosa se detecta en los primeros meses de vida, cuando los padres del niño entienden que su hijo no debe tomar leche ni comer ninguno de sus derivados porque las manifestaciones alérgicas serán inmediatas, en la mayoría de los casos con presencia de diarreas recurrentes, urticarias o problemas de piel y trastornos en el aparato respiratorio.
De esta manera lo explicó Reinaldo Pierre, pediatra y presidente de la Sección de Gastroenterología Pediátrica de la Sociedad Venezolana de Gastroenterología, quien ofreció un mensaje optimista, porque aseveró que este tipo de alergias se cura con el crecimiento.
“Más del 80% de los pacientes que presentan alergias alimentarias, como es el caso de la proteína de la leche de la vaca, se curan dos o tres años después de ser diagnosticados”, expresó Pierre.
Indicó que luego de mantener la dieta estricta desde el nacimiento, el gastroenterólogo pediatra comenzará a hacer pruebas, al decirles a los padres que comiencen a introducir algún tipo de alimento con lactosa o cambien la leche de soya por completa para conocer la tolerancia de los niños, quienes en su mayoría la aceptan sin mayor problema.
“Otros recaen con las diarreas o vómitos, en esos casos se debe prolongar el período de la restricción de alimentos con lactosa”, precisó Pierre.
Señaló que es un trastorno que va en aumento, como casi todas las patologías que tienen relación con el sistema inmunológico: en este caso las alergias. Por ese motivo, en los congresos, jornadas y consensos se encuentra en vigencia este tema.
Se dice que las alergias alimentarias aparecen muchas veces por la introducción de alimentos sólidos antes de tiempo. También la frecuencia con la que se toma un alimento hace que haya más o menos posibilidades de sufrir alergia. Por ejemplo, en España es muy común la alergia a la leche, mientras que en Italia lo es a la pasta.
La intolerancia de lactosa es definida como una afectación de la mucosa intestinal con imposibilidad para digerir la lactosa (azúcar de la leche) debido a una deficiencia de la enzima llamada lactasa.
Signos de alarma
El presidente de la Sección de Gastroenterología Pediátrica de la Sociedad Venezolana de Gastroenterología, señaló que los síntomas que pueden generar sospecha a la alergia a la proteína de la leche de la vaca son diarreas recurrentes, evacuaciones con presencia de moco, reflujo gastroesofágico o los famosos buches y/o vómitos, dolores abdominales, cólicos, problemas en la piel como urticaria, broncoespasmos, problemas de crecimiento, entre otras manifestaciones.
También pueden presentarse los estigmas de atopia, entre los que se encuentran la lengua geográfica, que se refiere a manchas casi siempre blancas en la boca, como dibujadas.
“Hasta un 40% de los lactantes con cólicos tienen como causa este tipo de alergia”, agregó Pierre.
Lactancia materna primordial
Reinaldo Pierre recordó que todas las fórmulas infantiles contienen proteína de la leche de vaca, no es una proteína humana como el caso de la que produce la leche materna.
“La mayoría de los bebés lo tolera, pero algunos tienen una reacción de rechazo, porque el organismo no lo reconoce como familiar sino como extraño”, sentenció el especialista.
Por este motivo, los pediatras a través de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría hacen énfasis en la lactancia materna como alimento exclusivo en los primeros seis meses de vida del bebé, porque es la primera forma de prevención de la intolerancia a la lactosa.
“Se debe evitar la utilización de fórmulas maternas, se habla incluso del biberón fatal, ése que le ofrecen al recién nacido cuando lo llevan al retén mientras la madre se recupera de la cesárea o parto y está medio dormida”, señaló Pierre.
Dijo que aunque después de este primer tetero la madre le ofrezca sólo lactancia materna, el bebé podrá desarrollar la alergia.
En este caso, la madre tendrá que evitar tomar leche o comer cualquier de los derivados lácteos, porque pasará al bebé a través de la lactancia materna.
Hora dorada
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef, crearon una iniciativa denominada “Hospital Amigo del Niño”, con el objetivo de que las instituciones de salud que tengan maternidades promuevan la lactancia materna y eliminen el uso del biberón al momento del nacimiento de un niño.
Reinaldo Pierre explicó que para cumplir con esta iniciativa, la figura del retén no existe, porque el bebé pasa de la sala de parto a la habitación con su madre, en lo que se llama alojamiento conjunto.
“Sólo en caso de que la madre sufra una complicación y deba pasar a terapia intensiva que se debe ofrecer el biberón al recién nacido”, explicó Pierre.
Detalló que lo ideal es que apenas el bebé nazca, por cesárea o parto vaginal, sea puesto sobre la madre, y él mismo hará movimientos de reptación hasta llegar a los pezones para comenzar a tomar el alimento que lo protegerá de múltiples enfermedades infecciosas y diarreícas, por la sobrecarga de anticuerpos que contiene la leche materna.
“Está comprobado que esta primera dosis de leche materna reduce las tasas de mortalidad infantil”, aseveró el gastroenterólogo pediatra.
Aunque las sociedades científicas, la OMS y la Unicef establezcan las pautas o recomendaciones, cada institución de salud es autónoma al momento de poner en práctica estos consejos.
“Sin embargo buscamos ofrecer información actualizada a nuestros miembros y difundirla como hacemos en los medios de comunicación, para despertar la conciencia sobre este problema”, dijo Pierre.
Otras medidas de prevención
Como recalcó Reinaldo Pierre, más importante que tratar la alergia de los bebés es prevenir que la produzcan.
Además de la lactancia materna, dijo que se debe evitar el tabaquismo y el humo del cigarrillo en los alrededores del bebé, porque ha sido evidenciada por estudios científicos la predisposición a desarrollar alergias de los niños que son expuestos a este tipo de contaminación.
“Sabemos que cada bebé tiene una carga genética que viene de sus padres. Por ejemplo, si entendemos que la mamá es asmática y el papá sufre de urticaria, hay que estar pendiente porque el bebé tiene un alto riesgo de ser alérgico”, agregó Pierre, quien además recomendó el cumplimiento del Esquema Nacional de Inmunizaciones para proteger a los bebés de las infecciones.
¿Qué hacer con la alergia?
Los niños que tienen alergia a la proteína de la leche de la vaca deben tener un ajuste en cuanto a la fórmula que tomen, en este sentido se encuentran en el mercado las que se conocen como “extensamente hidrolizadas o semielementales”, especiales para bebés con ciertas manifestaciones alérgicas.
“No todas las fórmulas sirven para todos los pacientes, porque deben ser indicadas de acuerdo a los síntomas que presenten”, explicó Pierre.
Cuando el niño es más grande debe evitar ingerir la leche y sus derivados, una dieta de restricción que pronto ellos mismos la cumplirán sin problema, porque sabrán que al comer algo “prohibido” sentirán malestar.
“Son muchos los alimentos que tienen diferentes proteínas de la leche de la vaca, como la salchicha. Le explicamos a los padres a leer las etiquetas de los alimentos y saber los diferentes nombres de estas proteínas, como la caseína, el caseinato, entre otros”, insistió el gastroenterólogo pediatra.
Poco a poco toda la familia y amigos lo entenderán, y ayudarán a cumplir con su tratamiento, con la mente fija en el objetivo: la curación total.
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