Tras sufrir una descomposición que le obligó a recibir asistencia médica, una de las estudiantes que acompañaba a la alcaldesa Evelyn Urdaneta, en la huelga de hambre que realiza en la sede de la ONU, debió ser desincorporada de la protesta.
La estudiante de la Universidad de Oriente, Rossany Ortiz, sufrió una crisis hipertensiva y deshidratación, provocada las más de 46 horas sin ingerir alimentos que llevaba para ese momento. Fue atendida por los paramédicos que asisten a los huelguistas y trasladada al módulo de Salud Chacao.
Sin ella, quedan 12 personas, habitantes de la población de Cantaura en el estado Anzoátegui, quienes permanecen en ayuno voluntario en apoyo al reclamo que hace su mandataria local, quien exige a PDVSA la cancelación de más de 100 millones de bolívares que le adeuda al municipio por concepto de impuestos petroleros.
Los más afectados
A pesar de la baja de la joven, este lunes se incorporaron dos representantes de la etnia Kariña, que hace vida al sur de la entidad oriental, y que es una de las comunidades más afectadas por la falta de los recursos económicos que les pertenecen por ley.
“Se están comprometiendo los derechos a la salud y a la educación, al tener que paralizar varios de sus programas sociales por no disponer de estos recursos”, resaltó el dirigente de Voluntad Popular y candidato al Consejo Legislativo de Anzoátegui, Ramón Pérez. Uno de los servicios suspendidos fue la red de ambulatorios y una maternidad a donde por los momentos no pueden asistir los indígenas.
“Cualquier persona que tenga dos dedos de frente en el estado Anzoátegui puede concluir entonces que tomaron los recursos del municipio Freites para utilizarlos en la campaña electoral del partido oficialista”, agregó.
Para ofrecer el apoyo de la tolda opositora, el dirigente visitó a la alcaldesa en la carpa que ocupa desde hace más de cuatro días, donde la tarde de este lunes cumplió 96 horas de ingerir sólo agua y suero.
Mantiene su voluntad de no deponer su protesta hasta que la estatal responda por la deuda que mantiene retenida al gobierno local debido a, supuestamente, motivos políticos.
El domingo pasado Urdaneta planteo su disposición a participar en una mesa de diálogo con la directiva de PDVSA para llegar a un acuerdo, por lo que se ha iniciado un acercamiento a diversas instituciones, entre ellas la Iglesia a través de la Conferencia Episcopal, para que actúen como mediadores.
Hasta el momento, todas las instituciones del Estado permanecen mudas y sordas ante lo que ocurre en la sede del PNUD de la ONU.
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