El pueblo de San Miguel, en el municipio Jiménez, parece que está condenado a la vialidad deplorable por el resto de los años. No hay forma de contar con la reparación del camino principal, entrando por Quíbor, y que lleva hasta la humilde localidad con más de 2.000 habitantes. Fallas de bordes, huecos, “piel de cocodrilo”, afectan al pavimento. Si termina de ceder la carretera, grandes incomodidades y angustia, generarían a los lugareños.
En este sentido, los habitantes exhortan al Gobierno nacional, regional y municipal, para que unan esfuerzos y rehabiliten las vías. Es una deuda pendiente con los ciudadanos, residentes y foráneos, que data desde hace más de diez años. Existen tramos donde son mayores los peligros de caer al vacío; son miles de metros de altura. Temen que las vidas de conductores y usuarios del transporte público se pierdan debido a la falta de atención vial.
Se lo dice un chavista, dijo Eligio Falcón, vecino: “En San Miguel no hay proyecto de nada; desde que empieza la carretera se puede ver el abandono: voladeros (precipicios) y vertedero de basura”, declaró decepcionado. Manifestó que reparar el asfalto es lo primordial en la zona, de lo contrario, seguirán exponiéndose al peligro de los accidentes de tránsito.
Asimismo, contó la preocupación por las vías internas donde la falta de mantenimiento es la misma. Hay calles donde nunca han ocurrido reparaciones, pese a las graves condiciones, a la desagradable apariencia. Lamentan que las figuras políticas del municipio, “sólo vienen en época de campaña electoral, a buscar los votos, para luego olvidarse de nosotros”. Piden celeridad en la ejecución de los planteamientos vecinales.
Atención Corpoelec
En San Miguel, después de las 6.30 de la tarde, no hay iluminación en las calles. Al menos, el 70 % de las luminarias del pueblo no funciona, dejando una terrible sensación de inseguridad en los residentes. Los consejos comunales de la zona, al parecer, notificaron a la oficina municipal de Corpoelec pero no son atendidos. Después de retornar de los estudios y/o jornadas de trabajo, nadie se atreve a caminar fuera de casa, debido a la oscuridad.
En la plaza, alrededores del templo católico, calles principales, veredas, barrios aledaños, la situación de penumbras es la misma. Aunado a los daños en las luminarias, está la falta del servicio eléctrico en comunidades de San Miguel. Las familias de escasos recursos económicos, utilizan cables de alta tensión para hacer funcionar los bombillos y artefactos, sólo que de manera ilegal. Corren peligros con la posibilidad de cortocircuitos.
Angelina Rodríguez, otra de las habitantes, informó que además del alumbrado público valdría la pena revisar el sistema eléctrico de la escuela de primaria, así como el resto de las instalaciones educativas a fin de asegurar el buen funcionamiento y comodidad de los estudiantes al momento de adquirir nuevos conocimientos. Se trata de la escuelita que se ubica en Buena Vista, donde la matrícula estudia en medio de necesidades. El hacinamiento, es lo primero que afecta al plantel.
Fotos: Elías Rodríguez