El presidente Barack Obama envió el martes al Medio Oriente a la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton a fin de ayudar a contener el conflicto entre Israel y la organización islamista Hamas.
Clinton partió apresuradamente hacia esa región desde Camboya, donde acompañaba a Obama en reuniones de alto nivel con dirigentes asiáticos. La Casa Blanca dijo que Clinton hará tres escalas, a fin de reunirse con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Jerusalén, los funcionarios palestinos en la ciudad cisjordana de Ramala y en El Cairo con los líderes egipcios. Clinton llegará a Israel el martes por la noche y regresará a Washington el miércoles por la tarde o la madrugada del jueves tras realizar las tres escalas.
La gira de Clinton representa la reacción más firme del gobierno de Obama sobre el conflicto, que comenzó hace una semana y ha causado la muerte de más de 100 palestinos y tres israelíes, además de dejar centenares de personas heridas. Aunque Estados Unidos ha respaldado el derecho de Israel a defenderse contra los cohetes disparados desde Gaza, la Casa Blanca advirtió a su aliado que no lance una ofensiva terrestre que recrudezca la violencia y podría aumentar el número de víctimas en ambos bandos.
La vocera del Departamento de Estado Victoria Nuland dijo que Clinton «enfatizará que Estrados Unidos está interesado en lograr una solución pacífica que proteja y mejore la seguridad de Israel y la estabilidad regional; que pueda mejorar las condiciones de los habitantes civiles de Gaza; y que pueda reanudar el sendero de las plenas aspiraciones de palestinos e israelíes de dos Estados que vivan en paz y seguridad».
Empero, el subdirector de Seguridad Nacional de Obama, Ben Rhodes, dijo que en su opinión Estados Unidos cree que «Israel adoptará sus propias decisiones sobre las operaciones militares y las decisiones consiguientes».
«Al mismo tiempo, creemos que Israel, como Estados Unidos y otros países, preferirían que sus intereses fueran defendidos diplomática y pacíficamente», dijo Rhodes. «A nadie le conviene una escalada del conflicto militar».