Después de tanto mentir, de emitir declaraciones anunciando la solución del déficit eléctrico en el país, de señalar a los distintos medios de comunicación la adquisición de plantas de generación, de adquirir barcazas para aumentar la capacidad del Sistema Eléctrico Nacional, de miles de millones de dólares invertidos, por fin el ministro para la Energía Eléctrica anuncia en la Asamblea Nacional que tampoco será posible solucionar este problema en el 2013.
Por supuesto que ya pasaron las elecciones, se le puede decir al país con toda claridad, que todo lo que antes se dijo eran verdades a medias, que los apagones continuarán estando a la orden del día en todo el territorio nacional; que las empresas de operación continua tendrán que seguir parando sus líneas de producción por fallas de electricidad; los racionamientos de electricidad persistirán en los centros comerciales; los electrodomésticos seguirán dañándose por los apagones, pero marchamos sin detenernos hacia el Socialismo del Siglo XXI, léase comunismo.
Resulta incongruente que después de 14 años, el Gobierno en este momento se haya dado cuenta de que más de 70% de los equipos eléctricos que le han venido prestando servicios al país durante las últimas décadas, tienen una obsolescencia de 20 años, debido a que aun cuando la demanda eléctrica nunca dejó de crecer, las inversiones necesarias para ir adecuando la generación de electricidad, siempre se fueron dejando de lado, especialmente durante esta gestión administrativa, porque el socialismo es sinónimo de populismo y no se pueden tomar decisiones que afecten al soberano.
Se recuerda como en la década de los 90, se planteaba la necesidad de realizar inversiones por el orden de los Bs. 5.000 millones para ir ampliando progresivamente la generación, se realizaron tímidos ajustes de tarifas que siempre resultaron insuficientes; mientras que en estos momentos cuando la demanda de electricidad se ubica en cerca de los 18.000 megavatios, el gobierno está anunciando que existe una oferta de 20.676 megavatios, por lo que no se entiende es cómo existiendo este superávit de casi 2.700 megavatios, cada día se multiplican los apagones y las zonas de diferentes regiones del país que se quejan por las deficiencias del servicio eléctrico.
La inquietud que en estos momentos embarga a muchos venezolanos, es la de no entender cómo es que el gobierno persiste en hablar de crecimiento de la economía en un 5% para este año; exigirle a la empresa privada el aumento de la producción, con la finalidad de frenar la inflación, cuando no dispone de divisas para las importaciones de materias primas e insumos; cuando la infraestructura vial está deteriorada en más de un 75%; los puertos están colapsados, por la ineficiencia y el deterioro de las maquinarias y equipos; cuando el “cerco” en contra de la empresa privada se hace cada día más estrecho, y cada día son más las factorías que se han visto obligadas a bajar sus santa marías como consecuencia del exceso de controles, leyes contrarias al clima de expansión empresarial y las políticas que desestimulan la inversión y, para colmo sin electricidad.
Por supuesto que luego de leer en la prensa las declaraciones del ministro para la Electricidad, quitándose la careta, no queda más que reconocer cuánta razón han tenido organizaciones como Conindustria y Fedecámaras, cuando han emplazado al Gobierno a que no siga engañando al país y le diga la verdad sobre la crisis eléctrica; también especialistas como el Ing. José Manuel Aller, quien ha sido uno de los más severos críticos a todos los enunciados que ha venido haciendo el Ejecutivo en esta materia, por cuanto señala que no se han ajustado a la negativa realidad que vive este sector.
Endeudamiento sigue creciendo
Otro de los temas que genera inquietud y preocupación en distintos sectores de la vida nacional, siendo objeto de cuestionamientos, no solo de conocidos economistas y analistas del país, es la forma acelerada como el país ha continuado endeudándose, sin que este endeudamiento haya tenido un impacto significativo en el desarrollo del aparato productivo venezolano.
En efecto, no es fácil hacer entender que el país se siga comprometiendo, adquiriendo nuevas obligaciones para un endeudamiento solo del gobierno central de 102,3 millardos de dólares, cuando los precios del petróleo han estado este año con un promedio por encima de los 100 $/Bl, lo que garantiza ingresos por concepto de la renta petrolera superiores a los US$ 96.000 millones, calculados en forma moderada.
Asimismo, tampoco es fácil de digerir que durante esta administración, hayan ingresado a las arcas del Estado cerca de US$ 980.000 tanto por renta petrolera como por concepto de renta interna, y que estos cuantiosos recursos, no hayan permitido que en estos momentos, la calidad de vida de los venezolanos hubiese mejorado en forma significativa; se hubiese reducido la pobreza a su mínima expresión; que los servicios públicos fueran similares a los del primer mundo y que la seguridad personal y jurídica garantizara la propiedad privada y el derecho a la vida. De acuerdo con la Ley de Presupuesto del próximo año, por cada 100 bolívares que ingresen, 78,2 bolívares serán destinados al servicio de la deuda tanto interna como externa, lo que refleja un incremento significativo, ya que este año se dedicó a este concepto solo 54,7 bolívares de cada 100 de ingreso, lo que evidencia que el año próximo viene con todo, desabastecimiento, desempleo, inflación, más inseguridad, menos electricidad y un mayor endeudamiento que tendrán que pagar las generaciones futuras.
Ilustración: Dalver Santeliz
