El Gobierno Nacional desde hace tiempo hace ensayos para mejorar la oferta alimentaria de Venezuela. En su gran mayoría han fracasado por condicionarlos a un esquema ideológico restrictivo de las libertades empresariales. Para brindarles referencias positivas queremos presentarles una experiencia larense que puede orientarlos por un camino donde la solidaridad va de la mano con la eficiencia. Colaca, donde grandes y pequeños ganaderos conviven dentro de una sinergia productiva anclada en motivaciones nacionalistas.
Esta empresa nace como una iniciativa familiar para enfrentar un entorno hostil hacia la ganadería, situación que fácilmente puede comprobarse revisando las condiciones de producción de la década de los años ochenta y buena parte de los noventa, tiempo en los cuales los insumos multiplicaron su costo y el precio por litro de leche se mantuvo estacionado, lo cual generó un impacto negativo en la producción Láctea nacional y la lógica migración de los ganaderos hacia otros rubros.
Confrontados ante este escenario los hermanos Colmenares y sus primos los Lozada, decidieron conformar una mancomunidad de intereses y configuraron una plataforma común para la subsistencia. Se trataba de sobrevivir a las dificultades del entorno mediante la aplicación de una gerencia compartida y un mismo soporte de asistencia productiva, la cual incluía un modulo para la elaboración de alimentos concentrados, un sistema de acopio y refrigeración centralizado y mecanismos de monitoreo a costos también compartidos.
El resultado de esta iniciativa fue altamente exitoso y además contagioso. Muchos ganaderos entusiasmados por los logros de los Colmenares y Lozada decidieron incorporarse al sistema, porque descubrieron que unidos, tanto en lo afectivo como en lo productivo y comercial, podían perfectamente avanzar con fuerza hacia metas elevadas en materia de rendimiento y mayores ganancias.
Pero la idea no era solamente sobrevivir a las dificultades y amenazas del entorno sociopolítico, la meta era sobrevivir pero en base a una producción de alta eficiencia, con un producto de calidad Premium según estándares internacionales. Para ello debía funcionar un sistema bien acoplado de asistencia técnica, mercadeo oportuno y retribución justa y adecuada. El reto era lograr estos niveles de eficiencia y calidad con asociados de distintas capacidades y posibilidades, ya que en Colaca están inscritos productores de miles de litros de leche al día como también pequeños ganaderos que rondan los cien litros diarios. Esta dificultad también fue resuelta en base a una simbiosis de dinámica multidireccional, la cual se expresa en que el mediano y pequeño productor aprovecha los esfuerzos empresariales de los grandes, tanto a nivel de producción como de gerencia, sin ningún costo. De allí que son los fuertes económicamente quienes experimentan los impactos del proceso de ensayo y error, mientras que los más débiles solamente se conectan con los resultados.
Hoy en día esta empresa recibe y procesa cerca de los cien mil litros de leche al día. Leche de primera, con un indicador bacteriano muy bajo porque su enfriamiento se ubica prácticamente a tiempo real de su extracción de la vaca.
Sus asociados, grandes, medianos y pequeños compran sus insumos al mismo precio, sin importar la cantidad, tienen idéntica asistencia técnica y veterinaria, sin importar distancias o condiciones económicas, reciben el mismo precio por litro de leche sin tomar en cuenta la cantidad producida. Todos los asociados ganan según su esfuerzo y dedicación. Los grandes se hacen más fuertes mediante la unión y los pequeños se benefician del conocimiento acumulado de los grandes.
Un dato bien importante a consignar es que por comprobación propia y consensual, los asociados de Colaca están trabajando con la Raza Carora como base genética, porque funciona como ambientadora de las razas especializadas en leche provenientes de climas templados y mejoradora en los cruces con animales de tipo carnico.
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